jueves, 9 de enero de 2020

EL 2019 FUE EL AÑO DE LA PROTESTA CIUDADANA



Miles de ciudadanos en diversos países de Sudamérica, se movilizaron protestando contra los gobiernos de izquierda y de derecha el año 2019. El combustible social que alentó la protesta social fue contra las políticas económicas, la corrupción, la exclusión social y abuso del poder político. Esas movilizaciones lograron tumbarse gobiernos y puso en jaque a otros, lo que pone en evidencia la madurez cívica de la población que no está dispuesta a tolerar abusos e injusticias en el siglo XXI. La mayoría de estas movilizaciones no tuvo líderes visibles, ni estaban conectadas unas a otras, pero tenían peticiones concretas: nuevo orden económico, medidas drásticas contra la corrupción e impunidad y políticas públicas de inclusión social.

Las movilizaciones ciudadanas se iniciaron en enero 2019 en Venezuela, cuando el presidente de la Asamblea Nacional Juan Guaidó, se proclamó presidente de la república, siendo apoyado días después por miles de venezolanos y fue reconocido por 66 Estados del Mundo, quienes demandan la renuncia del dictador Maduro. En el Perú, las movilizaciones ciudadanas fueron contra el “blindaje fuji-aprista” en el Congreso, ya que esas bancadas parlamentarias con su mayoría, no querían acusar a un vocal supremo y fiscal supremo ante indicios de corrupción. Un ex fiscal de la nación, emitió incluso una resolución separando de la investigación a los fiscales José Pérez y Rafael Vela, quienes investigaban una trama de corrupción del Caso Odebrecht, lo que enardeció al pueblo que salió a las calles protestando contra esa decisión que obligó a Chavarry a dar marcha atrás. 

En septiembre en Ecuador, el presidente Lenin Moreno, aprobó un paquete de medidas económicas para “sincerar la economía” acordadas con el FMI a cambio de un crédito de 4,200 millones de dólares. Entre ellas el aumento del precio de los combustibles que generó un rechazo mayoritario, especialmente de los indígenas y población pobre, quienes desde el interior viajaron a la capital política para exigir la derogatoria del paquetazo. Luego de once días de protesta, el gobierno de Moreno, retrocedió y derogó el criticado decreto. En Chile, en octubre los ciudadanos rechazaron el incremento del billete para transportarse en el metro. Miles de jóvenes y adultos ingresaron a las estaciones urbanas y quemaron sus instalaciones como protesta, lo que obligó al gobierno de Piñera a sacar a los carabineros a las calles reprimiendo a los civiles, lo que originó el enardecimiento del pueblo, que no solo reclamó educación pública gratuita, salud universal gratuita, eliminación de las AFP nueva Constitución y otras peticiones sociales, en el país que los neoliberales consideraban como “modelo económico en Sudamérica”.

Para calmar la rebelión el presidente Piñera y la clase política chilena, se vio obligado a convocar a un plebiscito en abril 2020 donde el pueblo será consultado si se modifica la Constitución o convoca una Asamblea Constituyente. En octubre en Bolivia, se acusó al gobierno de Evo Morales de fraude electoral en la primera vuelta ya que pretendía gobernar por cuarto periodo. Los ciudadanos opositores al gobierno del MAS, protestaron en las calles y luego de varias semanas donde la policía reprimió a los civiles y hubo enfrentamientos contra quienes apoyaban a Evo. El Jefe del Ejército, en pronunciamiento público sugirió a Evo Morales que abandone Palacio de Gobierno para recobrar la paz social en Bolivia, lo que obligó a Morales a salir de su país luego de gobernar esa nación por 13 años y pedir asilo inicialmente a México, y ser refugiado finalmente en Argentina. 

En noviembre en Colombia, se formó el Comité Nacional del Paro promovido por ciudadanos quienes rechazaron las reformas pensionarias, nuevas leyes laborales, contra la corrupción de funcionarios públicos, pero también exigiendo la desactivación del escuadrón de la policía a quienes acusaban de abusos y asesinatos que quedaron en la impunidad. Las movilizaciones se extendieron hasta diciembre, obligando al gobierno del presidente Iván Duque a formar una Mesa Nacional de Dialogo para abordar las reformas políticas, económicas y sociales en beneficio de los colombianos. La ola continental de protesta ciudadana no solo sacudió Sudamérica, sino se extendió a varios continentes. Si el año 2019 fue muy agitado socialmente, el 2020 podría ser el año de la turbulencia global si los gobiernos no ceden a las demandas ciudadanas en plena democracia.

El ex secretario general de la ONU, Kofi Annan, en un discurso pronunciado en México el 2018 sobre la democracia, afirmó en síntesis lo siguiente: “Hay una serie de razones detrás del descontento democrático y del sentimiento de que la democracia ya no brinda a los ciudadanos una voz genuina en cómo son gobernados y por quién. La primera razón, es que los sistemas políticos no se han adaptado al desarrollo económico, creando altos niveles de desigualdad y una creciente sensación de privación de derechos económicos. La globalización ha traído consigo cambios increíbles, sin embargo, sus beneficios no han sido compartidos equitativamente; tal y como la riqueza se concentra, también el poder político y las influencias. La historia nos enseña que tal desequilibrio entre los ámbitos económico, social y político no puede sostenerse por mucho tiempo; para que la democracia sea efectiva tiene que ser incluyente”. 

Finalmente, me parece oportuno reproducir un extracto del discurso que pronunció el Premio Nobel de la Paz y ex presidente sudafricano, Nelson Mandela en 1998 cuando fue ungido como Jefe de Estado ante el parlamento de su país y señaló la siguiente frase sobre el significado de “democracia”. Dijo entonces: “Si no hay comida cuando se tiene hambre, si no hay medicamentos cuando se está enfermo, si hay ignorancia y no respetan los derechos fundamentales de las personas como la educación, la democracia entonces es una cáscara vacía, aunque los ciudadanos voten y tengan un parlamento y prensa libre”. 

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