miércoles, 29 de julio de 2015

SIN PENA NI GLORIA




 29/07/2015.

No aguardaba muchas expectativas del mensaje presidencial del 28 de julio. Y no me equivoque, ya que el discurso del Jefe de Estado fue insípido, incoloro e intrascendente para las mayorías nacionales. Absolutamente nada de autocritica de sus cuatro años de gestión gubernamental y de su pregonado “gobierno de la gran transformación para marcar la diferencia” que tanto nos prometió a los peruanos cuando estaba de candidato presidencial el 2011. Otra vez, tenemos que soportar otra decepción más en la historia republicana del país, lo que me lleva a plantear la propuesta legislativa de modificar el código penal e incluir el delito de estafa electoral a candidatos presidenciales que cuando están en campaña electoral, prometen todo, pero cuando llegan al gobierno sufren de amnesia y no recuerdan lo que prometieron en la plazas y mítines, decepcionando a millones de electores que confiaron en sus promesas, pero que no sufren ninguna condena porque no está considerado actualmente como delito la estafa electoral. En otro comentario ampliare el tema de la estafa electoral como delito. 

No soy mezquino con Humala, sino que intento ser justo y poner en la balanza lo bueno y lo malo de su gobierno y luego sacar una conclusión de los 48 meses de gestión nacionalista. Comencemos por lo poco de bueno. No se puede negar el avance presupuestal del sector educación que a través de varios programas y proyectos nacionales, aumentó el financiamiento al 3.6% del PBI al sector educación. Tampoco podemos mezquinar el amplio apoyo presupuestal a los programas sociales lo que tal sea uno de los pocos aciertos gubernamentales. En política exterior, tampoco podemos negar que logró que la Corte Internacional de Justicia de la Haya, emita una sentencia final que ha puesto límites marítimos definitivos con Chile, aunque algunos peruanos consideran que ese fallo histórico nos fue esquivo por múltiples razones. Veamos lo negativo. Absolutamente nada sobre los derechos humanos que es deber de todo gobierno prevenirlos para evitarlos. Las cifras son claras y contundentes. Según la Defensoría del Pueblo, a mayo del 2015 en el país se registró 211 conflictos sociales, siendo 143 de ellos de conflictos socio ambientales.

 Pero, lo más preocupante es que en los cuatro años de gobierno humalista, 60 peruanos fallecieron en su mayoría en conflictos mineros. ¿No merecían unas palabras del Jefe de Estado en el mensaje a la nación los familiares de los fallecidos? La inseguridad ciudadana es el primer problema nacional no resuelto en la última década. Sin embargo, el mandatario nacional solo menciono que el próximo año ningún policía servirá a particulares. No tenemos suficiente personal para proteger el país de la delincuencia, ni tenemos inteligencia para derrotar a las bandas organizadas de delincuentes y mucho menos se ha depurado la policía nacional de sus malos efectivos. El segundo problema nacional irresuelto es la corrupción, Pero Humala no hizo ningún deslinde con el preso Martin Belaunde y mucho menos  que su partido nacionalista hayan recepcionado dinero del exterior  y que terminaron finalmente en cuestionadas cuentas personales de su entorno familiar y amical. Es decir, en vez de despejar las dudas, su omisión en su mensaje abonará cada vez la desconfianza entre los peruanos y la clase política.

 Otra omisión del mensaje presidencial fue la descentralización que es una política de estado. Ninguna mención a los gobiernos regionales y municipales y mucho menos a esa desproporcional tajada presupuestal de que el gobierno concentre el 74% del presupuesto nacional, mientras que a los gobiernos descentralizados apenas se entrega menos del 20%. Peor aún, no haber restablecido el Consejo Nacional de Descentralización que fue un espacio de concertación y cooperación mutua entre el gobierno nacional y los gobiernos descentralizados. Nada sobre nuestra abultada deuda externa que cada año va creciendo. Según el Ministerio de Economía nuestra deuda externa al año 2013 superaba los 107 mil 044 millones de soles lo que significa prácticamente el 70% de nuestro presupuesto nacional de la república del año 2015 que asciende a 130,621 millones de soles y que en el PBI representa más del 20% lo que es muy preocupante para las futuras generaciones. Lo peor, ninguna explicación ni estrategia para salir de la desaceleración económica del país que de enero a mayo 2015 apenas crecimos en 2.14% según el INEI. Es decir, tenemos un gobernante sin pena ni gloria, que no ha sabido honrar sus promesas electorales y no genera confianza al pueblo. 



viernes, 24 de julio de 2015

A NUESTRA PATRIA, EL PERÚ.




 

Patria,  es el lugar donde vimos por primera vez la luz del día. Donde saboreamos el primer sorbo de néctar materno. Es el ámbito donde está nuestro hogar en el cual vivimos rodeados de nuestros familiares y amigos. Es la tierra que produce el pan que cada día consumimos. Es el aire que respiramos, es el agua que bebemos, es el paisaje que miramos. Es nuestra cultura, es nuestra historia, son nuestros anhelos e ideales de un mundo mejor. Nuestra Patria, el Perú, esta compuesta de una parte material y espiritual.

La parte material es el territorio nacional, con sus áridos desiertos, su anchuroso mar, las altas cordilleras con sus valles profundos, sus bellas vicuñas y sus orgullosos cóndores. La selva con sus caudalosos ríos, su frondosa vegetación y sus frutales siempre en flor. La parte espiritual, comprende nuestras tradiciones, nuestra historia, nuestras creaciones artísticas e intelectuales y todos los ideales que soñaron nuestros antecesores.

A nuestra Patria, no solo le rendimos homenaje en las actuaciones cívicas y en los desfiles militares, sino también con nuestro trabajo diario en cada una de nuestras actividades manuales e intelectuales. Todos los trabajadores que producen riqueza laborando en los profundos socavones de las minas, a quienes trabajan en las frígidas aguas del mar extrayendo nuestros recursos marinos, a nuestros campesinos que día tras día cultivan nuestras tierras para producir alimentos. A los maestros que educan a las nuevas generaciones que se preparan para mañana.

Todos los peruanos tenemos la obligación de trabajar y hacer progresar nuestra Patria, cualquiera sea la ocupación que tengamos. Si cumplimos con eficiencia y honradez, revaloraremos a nuestra Nación. Estamos por celebrar 194 años de vida republicana como estado independiente y autónomo. Pero, lamentablemente, la pobreza, el analfabetismo, la corrupción, el centralismo, el contrabando, la evasión fiscal, el racismo, la poca cobertura educativa y de salud, más la inseguridad ciudadana, siguen siendo hoy problemas nacionales irresueltos por las elites que condujeron nuestra vida republicana.

 No somos una nación pobre y carente de recursos naturales. Todo lo contrario. En el siglo XIX tuvimos millones de toneladas de salitre, guano  y  caucho. En el siglo XX tuvimos petróleo, gas y diversos minerales como el cobre, el oro, zinc, y en el mar extenso que baña nuestras costas, aún tenemos un banco pesquero  envidiable. Si fuimos y somos ricos en recursos naturales, ¿Por qué entonces el 30% de ciudadanos peruanos de nuestra sierra y selva son pobres y hay un 10% de extremos pobres? ¿Qué ha fallado en el estado y la sociedad peruana? ¿Quiénes son los responsables del descontento social que hoy se percibe a lo largo y ancho del país?

 No hay duda que hay muchos responsables para que el desarrollo socioeconómico no haya llegado a la mayoría de familias peruanas. En primer lugar, de las elites de gobernantes que no tuvieron sentido patriótico y identidad nacional. No resguardaron ni cautelaron nuestros recursos naturales. Por el contrario, los regalaron a estados europeos, transnacionales y grupos económicos que solo pagaron migajas al estado peruano. Es decir, hemos tenido felipillos antes que estadistas y jefes de estado.

En segundo lugar, tampoco contamos con institucionalidad democrática. Eso quiere decir, que no tuvimos ni tenemos aún partidos políticos sólidos, democráticos y descentralizados, con líderes honestos ni preparados para conducir el estado.  Tampoco hemos contado con un parlamento ni poder judicial que frenen los excesos de dictadores y civiles que impusieron reformas constitucionales y legales sin consultarle al soberano. Hemos llegado a aplaudir y apoyar a gobiernos dictatoriales e incluso algunos sectores de la sociedad añoran hoy a gobernantes corruptos y autoritarios lo que es inaceptable en regímenes democráticos.

 Nuestros colegios profesionales, universidades y gremios sindicales y empresariales tampoco jugaron el rol gravitante en la historia del Perú. Cada uno de ellos solo defendió sus intereses sectoriales, pero no los intereses nacionales ni de las mayorías empobrecidas.  En tercer lugar, no tuvimos como nación, un proyecto nacional de largo plazo que trazara nuestras políticas de estado. Hemos sido como un barco en alta mar que flotaba según las olas y las tormentas del momento. No tuvimos un horizonte como estado. Recién el año 2001 se suscribió el Acuerdo Nacional con sus 31 políticas de estado las que tampoco son respetadas en su integridad por los poderes públicos.

 En cuarto lugar, como ciudadano, la mayoría hemos sido indiferentes, insensibles y pasivos ante estas realidades, salvo algunas excepciones de los pocos héroes que reconoce nuestra historia nacional. Hemos ido perdiendo la capacidad de indignación que todo pueblo debe tener. Estamos dejando de practicar los valores humanos y cívicos que toda nación debe tener. ¿Qué futuro le vamos a dejar a nuestros niños y jóvenes de hoy? ¿Tienen nuestros hijos referentes personales e institucionales del cual puedan enorgullecerse? ¿No ha llegado el momento de reiniciar una regeneración moral y cívica de toda la nación?

 En estas fiestas jubilares de nuestra madre patria, renovamos nuestro compromiso de servirte y revalorarte Perú para que al llegar próximamente el año 2021 de nuestro bicentenario de independencia nacional, todo el planeta reconozca que los peruanos somos un modelo social y cívico que debería imitarse en los  cinco continentes. Recordemos que tenemos un hermoso legado histórico, un vasto territorio, generosos recursos naturales y diversas riquezas que nos ubican en un sitial preferencial en el mundo. Pero fundamentalmente, un potencial humano de todos tus hijos que tenemos el deber de tener un espíritu laborioso y pujante para ponerlo al servicio de nuestra patria, el Perú.

                                         Felices Fiestas Patrias  Perú 2015.

miércoles, 22 de julio de 2015

LA VERDADERA INDEPENDENCIA DEL PERÚ



Por Juan Asto (2005)

¿Cuántos pueblos en el mundo han tenido un precursor de nuestra libertad que haya significado tanto y que haya muerto en forma tan despiadada y hoy no tenga un lugar privilegiado en la independencia del Perú?  El 18 de mayo de 1781, fecha de su ejecución, debería conmemorarse como el Día Nacional con desfiles y alegorías, pero hoy es un día cualquiera. Por temor o racismo, se ha tratado de adormecer la conciencia revolucionaria del pueblo peruano. Túpac Amaru luchó cara a cara y levantó a las masas adormecidas. No asesinó a inocentes, ni peleó a escondidas.  La invasión de los españoles tuvo dignos héroes  y mártires de la resistencia antes que nuestra Patria se llamará Perú. En los festejos de la independencia de hoy, se les ha ignorado olímpicamente  a los verdaderos héroes de la liberación para dar al indio la imagen de sumiso, torpe  e ignorante. 

México, recuerda con fervor a Cuauhtémoc. Nosotros, los que nacimos en el Perú, no hemos dado ningún reconocimiento a Manco Inca, el iniciador de la independencia peruana, a pesar de que su rebelión causó el doble de bajas españolas que las sufridas por los conquistadores en México. Su resistencia de guerra permanente, duró desde 1534 hasta 1572, fecha en que fue asesinado el último inca. Tampoco se hace recordación a Cahuide, el jefe que defendió el asedio a la fortaleza cusqueña de Sacsahuaman y que asombró a Hernando Pizarro por su valentía y figura ordenando que lo tomasen vivo. Cahuide luchó hasta el final y al verse perdido, no quiso dar gusto a los españoles y se arrojó desde la alta muralla encima de ellos.

 Otro general que luchó por la expulsión de los invasores venidos de España, fue el general de Manco Inca, llamado Titu Yupanqui, quien  bajó desde Jauja dispuesto a acabar con todos los españoles de Lima o morir en su intento. La asedió, la atacó y murió en el intento. Estos héroes de la resistencia indígena, están hoy relegados   en páginas interiores de los libros de nuestra historia por intereses creados. Ningún homenaje público, ninguna palabra oficial en las ceremonias cívicas de la independencia y ningún reconocimiento póstumo. Las consecuencias del silencio son tristes, porque late en el fondo de la sangre de nuestros pobladores una indignación peligrosa contra los descendientes de los criollos, que han falsificado la historia nacional para seguir usufructuando el poder político y económico de la nación peruana.

 En realidad, el máximo héroe continuador de la lucha de la emancipación peruana, fue José Gabriel Condorcanqui, más conocido como Túpac Amaru. Mestizo, curaca de Pampamarca, Surimana y Tungasuca. Cansado de ver tantas opresiones, humillaciones e injusticias de los invasores contra los indios, se levantó en armas en 1780 contra los españoles.  Sus huestes estaban armadas con palos y piedras. Posteriormente lograron sublevar a la gran región andina y consiguieron algunos fusiles. Ganó varias batallas. Se le unieron blancos y negros a quienes dio libertad, (un siglo antes que Lincoln). Llegó a formar un ejército de más de cincuenta mil hombres. Su osadía aterrorizó a los españoles quienes se reforzaron apropiadamente y finalmente lo derrotaron el 6 de abril de 1781.

La represión española fue sangrienta ya que cien mil personas fueron ejecutadas posteriormente en la región andina. Antes de dar muerte a Túpac Amaru, le obligaron a ver la ejecución de sus amigos y familiares. A su joven hijo Hipólito, le cortaron la lengua y después lo ahorcaron. A su esposa, Micaela Bastidas, por tener el cuello muy fino, resistió a la pena del garrote vil, pero entonces la estrangularon con sogas y terminaron matándola a puntapiés. A Túpac Amaru se le cortó la lengua, luego se le quiso desmembrar atando sus extremidades a cuatro caballos: pero lo que consiguieron fue descoyuntarlo. Al no morir, le arrastraron al cadalso y le cortaron la cabeza. Así, no solamente dio una simple proclama de la independencia, sino entregó su vida y su sangre por la libertad del Perú y de América. 

¿Cuántos pueblos en el mundo han tenido un precursor de nuestra libertad que haya significado tanto y que haya muerto en forma tan despiadada y que hoy no tenga un lugar privilegiado entre los hombres a honrar en el día de la Patria? El 18 de mayo de 1781, fecha de su ejecución, debería conmemorarse como el Día Nacional con desfiles y alegorías, pero hoy es un día cualquiera en el calendario oficial. Por temor o racismo, se ha tratado de adormecer la conciencia revolucionaria del pueblo peruano. Túpac Amaru luchó cara a cara y levantó a las masas oprimidas. No asesinó a inocentes, ni peleó a escondidas. Sólo una larga avenida lleva su nombre y recorre el sector más pobre de la capital, Lima. Millones de peruanos viven alrededor de ella queriendo testificar que de nada sirvió la inmolación de uno de los mayores patriotas de nuestra historia.

 En realidad, San Martín solo es el continuador de tantos peruanos, sean indígenas mestizos o criollos que ofrendaron sus vidas por alcanzar la justicia y la libertad como Mariano Melgar en Arequipa y otros próceres que los peruanos recordamos con fervor. El 28 de Julio de 182, San Martín solamente dio su proclama de la independencia en la plaza principal de Lima, mientras el ejército español se paseaba por diferentes partes del Perú, aniquilando a cuanto patriota que se oponía a sus fechorías. San Martín nunca quiso enfrentarse a las huestes españolas debido a que había firmado con el Virrey la Serna, el pacto de no agresión. Mientras al ejército español comandado por  La Serna para ganar tiempo, se internó a la sierra sur para batir a los rezagos de pobladores patriotas que desde 1814 se habían revelado en Tacna, Moquegua, Cuzco y Arequipa.

 Es por ello que San Martín a su entrada a Lima, no ofreció resistencia por parte del ejército realista y los criollos refugiados en Lima, se le unieron a fin de usurpar el poder a los verdaderos patriotas que entregaban sus vidas en los campos de batalla de sur. Tal es así que los presidentes o representantes de los inicios de la república en 1821, nunca empuñaron las armas a favor de la verdadera independencia nacional del Perú y desde el poder centralizado en Lima, marginaron a los patriotas del sur que habían tomado parte directa en la confrontación con el ejército español. Si se es justo, algún día la verdadera historia prevalecerá sobre la mentira, es decir, la historia falsificada por los criollos. El iniciador de la emancipación peruana fue Manco Inca, descendiente de los dueños de estas tierras, los indios del Perú, y que hoy disfrutamos de los beneficios de estas grandiosa tierra lleno de abundantes recursos naturales que está en manos de grupos económicos o trasnacionales ante la traición de felipillos que fungen de gobernantes. 

Y por último, la independencia peruana, se logró recién en la Pampa de la Quinua  de Ayacucho el 09 de Diciembre de 1824 con la rendición del ejercito español y con la firma del acuerdo que regresaran a España y que no volverían nunca más. Ello se logró gracias a la lucha de miles de indios, mestizos, negros, mulatos y pocos blancos que integraban el ejército dirigido por el Mariscal Antonio de Sucre de origen Venezolano. Mientras los criollos en Lima compartían el gobierno con el Virrey la Serna desde 1821 hasta 1924. Nos preguntamos entonces en el mes jubilar de nuestra Patria. ¿Somos justos y honramos hoy  en la celebración de nuestra independencia del 28 de Julio ignorando a los verdaderos artífices de nuestra emancipación nacional? 




lunes, 20 de julio de 2015

PATRIOTISMO Y NACIONALISMO



20 / 07/ 2015

En ocasión de recordarse nuestras fiestas patrias del Perú, días atrás un grupo de estudiantes me preguntó cuales eran las diferencias entre patriotismo y nacionalismo. Sobre el tema hay mucho que decir. Algunos autores dicen que el patriotismo es “el amor a la patria”. Otros  afirman que es “el amor a la tierra de nuestros padres”. Sin embargo, otros sostienen que “es el amor al terruño y lugar que nos vio nacer”. Para algunos historiadores, el patriotismo tiene algunos valores irremplazables. En primer lugar, la defensa de la soberanía, es decir el territorio físico, pero también su autodeterminación  para definir su forma de organización estatal o social. En segundo lugar el culto a sus héroes, mártires, próceres y precursores que lucharon por su independencia nacional. En tercer lugar, figuran las tradiciones y costumbres históricas que han pasado de generación en generación. Otros autores sin embargo, sostienen que todo patriota debe respetar cinco aspectos si querernos considerarnos ciudadanos ejemplares.

Entre ellos, los siguientes: a) el amor a nuestra patria, cualquiera sea la circunstancia que ella atraviese. No puede uno considerarse buen peruano cuando su país atraviesa por etapas de bonanza y renegar de ella cuando atraviesa por momentos de incertidumbre o no le conviene a sus intereses personales o sectoriales. b) el honor a sus héroes, próceres, mártires y precursores, así como también a sus instituciones tutelares que ofrendaron su vida y lucharon por nuestra independencia nacional, c) el respeto a nuestras normas constitucionales, legales sociales, morales, económicas, culturales y éticas ya que si no hay orden y seguridad, puede darse paso a la anarquía. d) la defensa de su soberanía o territorio, sea por militares o civiles en defensa de la patria cuando haya amenazas internas o externas. e) la vocación de servicio, lo que supone participar activamente cuando nuestra patria nos llama o convoca para fines altruistas.

No hay duda que el patriotismo es un sentimiento íntimamente  ligado al ser humano cualquiera sea el lugar donde hayamos  nacido. Pero también sus excesos, llevados a ideales extremos pueden ser muy peligrosos. Dos pensamientos pueden definir muy bien estos preceptos. El poeta británico Lord Byron afirmó que “el que no ama a su patria, no puede amar nada en la vida”. Ben Jonson por su parte señaló que “Patriotismo es el ultimo recurso al que apelan los bribones”. Esta última frase nos quiere decir, que a veces gobernantes y lideres, han enarbolado sentimientos patrióticos para fines personales, ideológicos, políticos o económicos ajenos a los ideales comunes de una nación, poniendo en riesgo la estabilidad de la población o de un estado. El nacionalismo sin embargo, es una ideología y movimiento político-social que está íntimamente ligado a la identidad nacional como factor predominante.

No todas las formas del nacionalismo son malas.  Los hubo pacíficos, moderados, pero también violentistas, intolerantes y discriminatorios en los últimos siglos. Los casos más flagrantes en el siglo XX se dieron con el fascismo de Musolini y el nacionalismo de Hitler que  asesinaron a millones de sus compatriotas y en extranjero y nos condujeron a guerras mundiales. Por lo tanto, no es lo mismo hablar de patriotismo, que nacionalismo, ni fascismo, entendido este último, como una ideología que surgió en Italia y que impuso el corporativismo estatal y totalitario con una economía dirigida. El patriotismo no es malo en si, aunque un excesivo patrioterismo puede conducirnos al “chauvinismo” lo que puede dar lugar a un enfrentamiento social peligroso. Ya en el siglo XXI ypese a que la globalización se ha impuesto, el patriotismo y el nacionalismo siempre seguirán existiendo, porque  los pueblos amaran moderada y excesivamente su patria, ya que esté es un sentimiento que nace y muere en el ser humano cualquiera sea el lugar donde nació en la tierra.