UNA DECEPCIÓN MÁS
17/07/2015
El
conflicto Tía Maria tiene múltiples lecturas. Uno: Cuando el país esperaba una
decisión de Estado para recuperar la paz social, el inquilino de palacio de
gobierno se lavo las manos como Pilatos. Ni una sola autocritica desde que fue
candidato el 2011 y en Tambo prometió que las decisiones del pueblo eran
vinculantes so pena de pedir la vacancia del Presidente. Hoy les echa la culpa
a todos y ha manifestado que no es conveniente ir a Islay. ¿Cuántos muertos
tiene que haber Sr. Humala para recuperar la paz y tranquilidad del país? El
mandatario nacional señaló en el mensaje a la nación, que suspender el proyecto
minero tendría efectos jurídicos y económicos nefastos para el Perú. ¿No
recuerda Humala que Toledo retrocedió ante Arequipa y dio marcha atrás en su
propósito de privatizar EGASA por Tractebel? ¿Fue declarado el país paria
internacional por esa decisión de estado que adoptó Toledo? ¿No recuerda Humala
que el Congreso derogó los decretos legislativos que aprobó el gobierno de
Garcia para concesionar la Selva y que originó el Baguazo que nos dejo más de
treinta muertos? ¿Esa decisión de estado soberano no recuperó la
gobernabilidad y paz social en el país? Hoy comprobamos una decepción más
de un presidente que prefiere apoyar a una empresa antes que proteger la vida
de sus compatriotas.
Dos: Otra
vergüenza es que los ministros están actuando como si fueran
relacionistas públicos de la empresa minera. En vez de actuar como árbitros e
imparciales ante el pueblo para recuperar su confianza, el país ha
observado la abierta parcialidad a favor de la minera. Esa empresa debió
utilizar múltiples estrategias y tácticas para tratar de convencer a los
mollendinos que su proyecto no acabará con la agricultura. Especialmente el
Ministro del Ambiente que ha señalado que el EIA es optimo y que no tiene
objeciones técnicas. La defensa del EIA del proyecto minero no es competencia
de un ministro, sino tarea de la empresa minera, ya que el ministro representa
al estado y no a una empresa particular. Menos aún sostener que las inversiones
son indispensables para el desarrollo del país. ¿Qué pasa si el país se
convierte en un polvorín por algunas inversiones? ¿Tiene sentido convertir el
país en un cementerio en nombre de las inversiones? ¿No se supone que un Estado
Constitucional de Derecho según nuestra Constitución el principio de la
dignidad de la persona, la paz social, el fomento de la agricultura y la
protección del medio ambiente es prioritario antes que la inversión
económica?
Tres: El
Congreso no actuó oportunamente en su función de control político en este
conflicto. Si los mollendinos cuestionan el EIA y sostienen que ese documento
tiene inconsistencias técnicas, la comisión de agricultura o de pueblos
amazónicos debió convocar en Islay o en Arequipa en una audiencia pública al
ministro del ambiente, a la empresa minera, a los representantes del frente de
defensa de tambo y los especialistas independientes de universidades y colegios
profesionales para escucharlos y el país conozca donde está la verdad y donde
está la falacia. No tiene sentido solo escuchar a los ministros en el Congreso,
cuando estos han tenido un comportamiento parcializado. Aún pueden hacer esta
tarea esas comisiones del Congreso si acaso quieren recuperar su credibilidad
institucional ante el soberano. Cuarto: Los representantes del Frente de
Defensa del Valle de Tambo no pueden ni deben actuar de forma intolerante. Si
ellos tienen la seguridad que el EIA es inconsistente, entonces mediante sus
representantes técnicos deben demostrarlo y no abandonar la mesa de diálogo sin
precisar documentadamente cuáles son sus reparos.
Podrían
interponer recurso de reconsideración ante el ministerio del ambiente y si no
les dan la razón, podrían ir al fuero judicial e incluso ante el Tribunal
Constitucional con la respectiva fundamentación jurídica. Acusar sin pruebas no
solo refleja irresponsabilidad, sino también intolerancia en un sistema
democrático. Quinto: La empresa minera lamentablemente no tiene buenos
antecedentes en las últimas décadas. Sin embargo, en los hechos ha suspendido su
proyecto. Uno de los puntos débiles de esa empresa es que no tiene un buen
interlocutor que genere confianza y respeto. Sexto: Hay que rechazar todo tipo
de violencia venga de donde venga. De la policía y de los anti mineros.
Finalmente, así como se ha procesado al presunto corrupto que habría pedido
“lentejas” para acabar con la paralización, también debería ser procesado el
presunto corruptor y sus representantes. Espero que la fiscalía actué sin
ningún tipo de presiones para que este caso sea un precedente en el país y
acabar con la corrupción.
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