¿SOMOS TOLERANTES O INTOLERANTES?
10/01/2015.
La comunidad occidental ha
condenado el ataque terrorista de yihadistas al semanario satírico francés “Charlie
Hebdo” que dejo un saldo de 12 muertos y 11 heridos, siendo el aparente motivo
del ataque la constante humillación contra el Profeta Mahoma en sus últimas
publicaciones, tras lo cual el Presidente Hollande decreto duelo nacional en
Francia, mientras que el estado islámico los califico de heroicos
yihadistas. El caso merece un amplio análisis desde diversas
perspectivas, pero hoy nos referiremos solamente a la tolerancia e intolerancia
que creemos es uno de los temas de fondo que merece evaluarse. Según la real
academia española, “la tolerancia es la acción o efecto de tolerar o aceptar
otras ideas, creencias o practicas, cuando son diferentes o contrarias a
nuestra percepción”. La tolerancia es un valor y es esencial y
fundamental para la supervivencia y bienestar de los individuos y sociedades.
No podemos imponer a otra persona nuestras convicciones, creencias o
costumbres.
La tolerancia no es indiferencia, ni concesión ni condescendencia, sino receptividad, respeto, solidaridad y aceptación de nuestra diversidad como seres humanos. No en vano la ONU declaró en 1996 mediante resolución que cada 16 de noviembre de cada año debía celebrarse el día internacional de la tolerancia que todos los Estados y sociedades debían promover y respetar. En tanto, que la intolerancia es un anti valor, ya que por lo general, discrimina a otras personas o grupos en base a sus posturas étnicas, sexuales, ideológicas, sociales, políticas, culturales o religiosas. El intolerante, extremista o radical, considera que su creencia es la única y verdadera y las demás son falsas e inmorales, por tanto el intolerante es una amenaza para las sociedades que se basan en la libertad e igualdad. Con frecuencia, los intolerantes excluyen, ofenden, maltratan, vilipendian y eliminan a personas que no creen o piensan como ellos. Los intolerantes no permiten ideas discrepantes a las suyas y no intentan comprender, valorar, ni entender ideas opuestas, por lo que atacan las ideas de sus oponentes porque piensan que su postura es la única válida y la verdad suprema.
Considero personalmente que los seres humanos no nacemos intolerantes, sino que estos patrones de conducta nos son inculcados desde nuestros hogares, escuelas, comunidad, iglesia y sociedad. Tengo la impresión que en el caso del ataque al semanario francés, hubo intolerancia religiosa de parte de los yihadistas, que serian fundamentalistas que no aceptan ni soportan críticas a sus ideas religiosas. La historia de la humanidad ha demostrado varios siglos atrás la intolerancia, especialmente del fundamentalismo religioso. Allí está el caso de la inquisición de la iglesia católica que arrestó, torturó y ejecutó en la hoguera a miles de personas que no creían en esa religión. También está el caso de las de las guerras religiosas entre cristianos y musulmanes conocidas como las cruzadas. Tampoco podemos dejar de mencionar la aparición del Ku Kluck Klan en Estados Unidos, que no solo eran racistas, sino fundamentalistas religiosos. Asimismo, no podemos obviar el holocausto judío promovido por los nazis alemanes que exterminaron a más de 6 millones de personas. Con seguridad que el espacio nos queda pequeño si recordamos todos los casos de intolerancia política, ideológica, social, cultural e incluso homofóbica en nuestra sociedad peruana y mundial.
En resumen, el hecho que en el mundo haya varias culturas, etnias, religiones, ideologías y estratos sociales, no puede ni debe llevarnos a un enfrentamiento, sino a una convivencia social fraterna, donde podamos expresar nuestra discrepancia sin que lleguemos a la intolerancia. El ex secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan al celebrarse el 16 de de noviembre el día internacional de la tolerancia, pronunció un amplio discurso que en su parte medular sintetizaba lo siguiente: “Cuando hablamos del derecho a la vida o al desarrollo, a disentir o a la diversidad, estamos hablando de la tolerancia. Solo la tolerancia, promovida y protegida, nos asegurará la libertad. Sin ella, no podemos asegurarnos de ninguna. En palabras de un hombre sabio: La tolerancia genera respeto y comprensión, mientras que la intolerancia solo nos generará el enfrentamiento y el odio que debemos evitar”. Finalmente, algunas preguntas para que tú mismo evalúes si eres tolerante o intolerante. ¿Rechazas algo porque es simplemente distinto a tus ideas?, ¿Al escuchar las ideas de otras personas las descalificas rápidamente con adjetivos peyorativos?, ¿Te molestas cuando otra persona piensa diferente a tu percepción?
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