jueves, 26 de marzo de 2020

LAS TELECOMUNICACIONES EN LAS EMERGENCIAS SANITARIAS


El enemigo invisible de la humanidad, el coronavirus 19, ha puesto en jaque a todos los Estados, cuyos gobiernos han adoptado diversas decisiones oportunas y tardías en diversos sectores para proteger a la población que en otro momento evaluaremos. Nos referiremos hoy concretamente al sistema de telecomunicaciones y el rol de la prensa. Una ventaja del siglo XXI comparado a siglos atrás, es que hoy el mundo en los cinco continentes esta interconectado en cuestión de segundos en el sistema de telecomunicaciones públicos y privados, especialmente en zonas urbanas. Eso no sucedió antaño, cuando las pestes y las pandemias arrasaban poblaciones y los Estados no estaban interconectados y lo más grave. No existían buenos sistemas sanitarios de salud y tampoco la cantidad suficiente de médicos ni científicos para investigar a los virus, ni laboratorios para producir medicamentos ni vacunas. 

En esta cuarentena obligatoria, todos los días y a cualquier hora, en radio, televisión, redes sociales e internet, el mundo se informa al instante lo que sucede en su ciudad y en el entorno global. La moderna tecnología de hoy, nos permite llamar por celulares, contactarnos por correos electrónicos, por Watsap, comunicándonos con nuestros familiares y amigos aunque estén en otras ciudades o países. Si a eso agregamos, los medios de transporte masivo como los aviones, trenes, barcos y buses, es obvio que las comunicaciones hoy son más rápidas. Pero esa ventaja, se ha convertido en desventaja, ya que cientos y miles de pasajeros viajaban portando el mortal virus de un país a otro y de un continente a otro, sin saber que lo portaban, mostrándonos que somos muy frágiles ante las pandemias por falta de un adecuado control sanitario en los medios masivos de transporte, lo que obliga a adoptar decisiones legales a futuro. 

En las redes sociales, con pocas excepciones, la mayoría de ciudadanos e incluso instituciones públicas y privadas, no tienen un manejo responsable de las informaciones que difunden en tiempos de crisis como la presente, lo que debería obligar a que la ONU a futuro tome medidas legales, ya que hay excesivo libertinaje en las redes sociales y el internet, sin que se llegue a la prohibición total al cual tenemos derecho como ciudadanos. El derecho que tenemos como personas a comunicarnos, no puede convertirse en abuso del derecho, cuando en forma irresponsable algunos ciudadanos publican y difunden informaciones alarmantes y comentarios sin ninguna fuente informativa de credibilidad. Sin telecomunicaciones modernas, no estaríamos informados sobre el número de infectados ni muertos en nuestro país o el mundo y no podríamos escuchar a los gobernantes del mundo y las decisiones que adoptan. Mucho menos, a los especialistas dando consejos a los ciudadanos para protegernos contra esta pandemia y tampoco a los científicos que investigan como obtener medicamentos o vacunas contra el enemigo invisible de la humanidad. 

Incluso en algunos medios de comunicación, están llegando a la infoxicación que no es más que la saturación informativa, donde hay un bombardeo permanente y diario de noticias del coronavirus que podría provocar en algunos ciudadanos, depresión, temor y ansiedad que son enfermedades de salud pública que el Estado debe prevenir. La solución no es prohibir ni restringir la circulación y difusión de información sobre la corona virus, sino un manejo responsable y diligente por parte de los medios de comunicación, donde no todos son profesionales de la comunicación ni de prensa. El presidente Vizcarra en la última semana, todos los días al mediodía dio conferencias de prensa para informar al país sobre las decisiones que tomaba y el número de enfermos por el coronavirus. El Jefe de Estado debe ejercer el liderazgo nacional ante esta pandemia mundial, pero no puede estar todos los días ante la prensa. Debería delegar en el primer ministro o diversos ministros la información que quieren comunicar a la opinión pública, ya que si el presidente sigue anunciando decisiones de Estado y fracasa en sus intentos de controlar esta pandemia, ¿A quién en última instancia recurriremos los peruanos? 

Si algo positivo trae esta pandemia mundial, es que obligará a todos los gobiernos del mundo incluido el nuestro, a priorizar en sus presupuestos públicos, mayor financiamiento a la salud pública que hoy es muy precario ya que el corona virus ha desnudado nuestras falencias sanitarias. Dos detalles finales. Casi todos los Estados del mundo, han declarado estado de emergencia, estado de catástrofe y estado de calamidad para enfrentar a la pandemia mundial. En nuestro país solo cuando hay procesos electorales y por mandato legal y con presupuesto público, se obliga los partidos políticos en competencia, a utilizar franjas electorales para comunicar a los ciudadanos sus propuestas políticas. No hay una ley que en casos de emergencia sanitaria que hoy afrontamos, obligue a los medios de comunicación a ceder algunas horas de su programación para que el Estado haga uso de ellas para comunicar sus decisiones o los especialistas profesionales den consejería a la población para evitar el pánico o histeria. En esta lucha contra el coronavirus, si hubiera una franja sanitaria, me hubiera gustado escuchar a psicólogos, médicos, nutricionistas, científicos, periodistas, abogados, enfermeras, economistas e investigadores, dar consejería profesional a los ciudadanos. 

El nuevo Congreso debería aprobar una ley y los medios de comunicación no podrían oponerse a esta iniciativa, ya que por mandato del artículo 14 de la Constitución, los medios deben colaborar con el Estado en la educación, en la formación moral y cultural de la nación. Pero, urge asimismo, tener una interconectividad nacional, lo que significa expansión y cobertura nacional del sistema de telecomunicaciones en los 1,874 distritos de todo el país, lo que hoy no sucede, ya que los distritos urbanos son los privilegiados y los distritos rurales son los excluidos y postergados. Ante emergencias sanitarias como las que hoy tenemos, no tenemos sistema de alertas de emergencia nacional adecuados ni implementados con moderna tecnología como lo tienen otros Estados. 


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