La ministra Gloria Montenegro, declaró a la prensa que la propuesta del
ministro del interior de eliminar la protección policial a los congresistas,
sería debatida en el Consejo de Ministros, ya que la idea es que las autoridades
debían tener menos privilegios. El anunció del ministro del interior es
inconstitucional e ilegal, lo que confirma que el gobierno de Vizcarra busca el
aplauso fácil del populorum a costa de un Congreso desprestigiado. Siguen
creyendo que el Congreso es una piñata al cual hay que recurrir cuando el
gobierno tiene problemas irresueltos. Vizcarra y sus ministros hacen populismo
y sus decisiones no se encuadran en las políticas de estado que deberían
priorizar.
Hoy me voy a referir concretamente a los privilegios de altos
funcionarios de estado y sus altísimas remuneraciones que no debaten las
cabezas de los poderes del estado, ni la prensa mediatizada limeña que no
cuestiona estos abusos en nombre del interés público. En un país que tiene
20.5% de pobreza y 2.8% de extrema pobreza según el INEI, es indigno que haya
una casta dorada que tiene sueldos abusivos. Repudiable es que el Presidente
del Poder Judicial gane 46,717 soles y los jueces supremos 42,717 soles
mensuales, cuando miles de pensionistas estatales perciben entre 300 a 600
soles mensuales de sobrevivencia en las últimas décadas de su vida.
Vergonzoso es que los ministros de estado, ganen 30 mil soles mensuales
y los viceministros ganen 28 mil soles mensuales, cuando miles de profesionales
y técnicos estatales perciben remuneraciones básicas congeladas hace tres
décadas que oscilan entre 900 a 1,500 soles mensuales. Repugnante es que los
congresistas perciban alrededor de 30 mil soles en bruto, al margen de los
seguros de salud privados, seguro de vida, seguros contra accidentes,
celulares, movilidad, CTS, cuando hay millones de trabajadores que ganan menos
que el sueldo mínimo vital.
Inmoral es que los jefes de los organismos constitucionales autónomos,
abusando de su autonomía constitucional, tengan remuneraciones altísimas, como
el Presidente del BCR con 41,637 soles, el Superintendente de la SBS con 38,500
soles, el Contralor con 32,500 soles, la Fiscal de la Nación con 28,700 soles,
los magistrados constitucionales con 35,017 soles, etc. Estos sueldos son
abusivos, cuando en el país hay millones de desempleados y subempleados cuyos
ingresos ni siquiera llegan al sueldo mínimo vital. Grosero es que los
gobernadores regionales y alcaldes ganen entre S/ 14 mil a S/ 12 mil soles
mensuales, cuando decenas de miles de jóvenes y señoritas con su cartón bajo el
brazo, no pueden encontrar trabajo por la incapacidad de los gobernantes en no
fomentar políticas públicas que generen empleo.
Los poderes públicos del estado peruano, son desaprobados en todas las
encuestas, no sólo porque como instituciones no son céleres, ni resuelven los
problemas que agobian a sus ciudadanos, sino, porque tienen privilegios
indebidos que son insulto a la pobreza. Los poderes públicos y organismos
constitucionales, así como los gobiernos regionales y municipales, al amparo de
su atribución constitucional de iniciativa legislativa, si quisieran
reconciliarse con el pueblo, deberían presentar proyectos de auto reforma
constitucional para disminuir sus privilegios y el soberano recupere confianza
y legitimidad. Si las cúpulas de los poderes públicos no toman esa decisión,
seguirán siendo desaprobados por la opinión pública.
A futuro se corre el riesgo que el pueblo apoye a radicales de izquierda
o derecha que lleguen a la presidencia y deroguen esas normas abusivas ya que
hoy los poderes públicos, no son percibidos hoy como austeros ni transparentes.
No se trata sólo de reducir el resguardo policial a los congresistas que el
gobierno de Vizcarra considera un privilegio, sino, de reducir drásticamente
todos los otros privilegios que tiene los altos funcionarios de la república.
El país podría recuperar la credibilidad en los altos funcionarios de estado,
si acaso ellos propusieran reducirse sus abusivas remuneraciones a la mitad de
lo que hoy perciben. Sería un gesto de decencia pública y desprendimiento que
el soberano podría reconocer como contribución a la patria, cuyos ciudadanos en
su mayoría, sobreviven con sueldos bajos y congelados.
Urge, por tanto, proyectos de ley que reordene los sueldos de la
burocracia dorada, ya que hay una casta que se consideran una isla, cuando el
Perú es un Estado. El artículo 01 de la Constitución, señala que “la
defensa de la persona humana y el respeto a su dignidad son el fin supremo de
la sociedad y el Estado”, mientras que el artículo 39 de la función pública,
afirma que “todos los funcionarios y trabajadores públicos, están al servicio
de la Nación”. Ad portas del bicentenario del Perú, no podemos continuar como
un país de privilegiados que genere mayor desigualdad social. La Premio Nobel
Rigoberta Menchu, nos dejó una reflexión sobre este tema: “La paz no es
solamente ausencia de guerra, mientras haya pobreza, racismo, discriminación y
exclusión, difícilmente podremos alcanzar un mundo de paz”.
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