08/09/2015
Los gremios nacieron para arrancar
reivindicaciones de las patronales y del Estado décadas atrás, los que
habitualmente no cedían ante las demandas de los sindicalizados. Los
trabajadores se dieron cuenta que solo unidos aún con sus diferencias y con un
objetivo común, se lograría conquistar derechos negados. Por tanto, la unidad
era indispensable. Así, se consiguió que el primero de mayo se declare el día
internacional del trabajo, las ocho horas de jornada laboral, el descanso
dominical, la seguridad social, la compensación por tiempo de servicios, etc.
Es que el sindicalismo representa los intereses de sus afiliados y en representación
de ellos, negocia directamente o mediante negociación colectiva con los
representantes del empresario o del Estado. Por lo que renunciar al
sindicalismo, es renunciar a la lucha y renunciar a la lucha es renunciar a la
vida pero con dignidad, porque la vida es una lucha permanente de todos los
trabajadores manuales e intelectuales. El desafío del sindicalismo moderno no
solo es renovarse, sino capacitarse continuamente.
En 1950, el Perú era gobernado por una dictadura
y las informaciones que eran muy críticas al gobierno de turno, eran
censuradas, aplicándose la famosa ley de seguridad interior que en verdad era
una mordaza permanente contra la prensa independiente. Muchos periodistas de
todo el país, sufrieron entonces acoso, persecución, presidio y destierro tan
solo por denunciar actos irregulares e ilegales de los gobernantes y
empresarios, llegándose a clausurar algunos diarios. No existía en esa época la
televisión y las emisoras eran incipientes y solo los diarios tenían peso y
gravitación en la opinión pública. Los periodistas se dieron cuenta de estos
atropellos y se propusieron formar un poderoso gremio que cautelara sus
derechos y deberes. Previas coordinaciones, el 18 de julio de 1950, nació la
Federación de Periodistas del Perú, siendo su primer presidente Gastón Aguirre
Morales. La F.P.P. reunió a lo más graneado de la intelectualidad periodística
del país, ya que en este gremio estaban afiliados los periodistas de izquierda
hasta la derecha. Era una federación, es decir, un gremio que tenía intereses
comunes y no un partido político, no habiendo ninguna discriminación por
concepción de ideas.
La naciente FPP impulso varias reivindicaciones
gremiales. Logró que se instituyera el día del periodista peruano el 01
de octubre de 1953, la derogatoria de la ley de seguridad interior, el
reconocimiento académico del periodismo con la ley 15630, el establecimiento
del Colegio de Periodistas del Perú con la ley 23221, el seguro social a los
periodistas con la ley 15676, las pólizas de seguros para periodistas con la
ley 15662, descuentos a periodistas en transportes y hoteles estatales con la
ley 16294, etc. Posteriormente, nació el Colegio de Periodistas del Perú,
institución tutelar de la prensa, con el apoyo de su institución matriz:
La F.P.P. Con el lema, “Libertad para la verdad, responsabilidad en la
expresión y decorosa condición económica para el periodista”, la FPP logró en
el siglo XX el respeto institucional de los gobernantes y la sociedad peruana.
Fue la FPP quien lucho por décadas contra dictaduras exigiendo que se respete
la democracia y el estado de derecho, porque la defensa de la libertad de
expresión, la ética periodística y la solidaridad fueron sus principios
rectores desde su fundación. En Arequipa, el 10 de septiembre de 1950, se creó
como filial de la FPP, el Centro Federado de Periodistas, siendo su primer
presidente Ángel Vinicio Cornejo.
Posteriormente, condujeron el C.F.P.A. como
Presidentes, Don Samuel Lozada Tamayo, Otto del Carpio Caro, Carlos Meneses
Cornejo, José Valdez Pallete, Luis Podestá Núñez, Lucio Calderón Rodríguez,
Jaime Rodríguez Calderón, Juan Salas Ocharan, Bernardino Rodríguez Carpio,
Eduardo Ugarte y Chocano, Hugo Rúcano Paucar, Benjamín García Suclla, Hugo
Amanqui Chaiña, Eduardo Coaguila Ortiz, Carlos Torres Enríquez, Luis Calderón
Cuervo y Ricardo Muñoz Rodríguez. La coyuntura del siglo XXI es diferente
a la del siglo XX donde nacieron nuestra FPP en el país y el CFPA en
nuestra ciudad. Hoy los retos y desafíos son otros. Vivimos un mundo globalizado
donde las tecnologías de la información cada vez más se amplia, mientras que
está de moda la competitividad y el individualismo antes que la solidaridad y
la justicia que décadas atrás era nuestro horizonte como humanidad. No
olvidemos nuestros principios éticos. Responsabilidad, Veracidad, Imparcialidad
y humanidad. Pero, ayer, hoy y mañana, el sindicalismo siempre será una
necesidad, ya que los dones de la tierra son un don del creador para el
bienestar de todos. Si el trabajador quiere asumir la parte de responsabilidad
que le corresponde, no tiene más que un camino: La unidad con sus colegas
trabajadores.
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