sábado, 27 de febrero de 2016

SOBRAN CANDIDATOS, FALTAN PROPUESTAS PROGRAMATICAS





El 15 de mayo del 2011, miles de españoles salieron a las calles y plazas públicas para protestar contra la corrupción política, la crisis económica y la injusticia social, quienes acamparon en la plaza principal de Madrid, situación que se reprodujo en los siguientes días en otras ciudades de ese país. Los indignados agitaron en las calles las consignas, “no somos mercancía en manos de políticos y banqueros”, “democraticemos la economía” y “abajo la partidocracia”. Se referían obviamente a los dos partidos tradicionales que han gobernado España desde 1982 alternándose en el poder, como son el Partido Popular (derecha) y el Partido Socialista Obrero Español (centro  izquierda). Y es que desde 1990 hubo múltiples casos de corrupción que involucraron a políticos de esos partidos tradicionales y se impuso una severa austeridad fiscal promovida por la Eurozona lo que se tradujo en la reducción de las conquistas sociales y laborales. Ese movimiento de los indignados se denominó el M-15 y fue una gesta cívica histórica que concitó la atención de la prensa mundial. De ese descontento social, nació el año 2014 el partido político izquierdista, Podemos, encabezado por el catedrático de la Universidad Complutense Pablo Iglesias de 35 años, quien enarbolo el malestar de los españoles. A los pocos meses de fundado, Podemos se presentó a las elecciones al parlamento europeo y logró sacar cinco eurodiputados con el apoyo de más de un millón de votos españoles.

Ese resultado causo la preocupación de los partidos tradicionales españoles que jamás imaginaron que un partido con menos de un año de creación, logre cinco escaños en el parlamento europeo. En las elecciones políticas generales de diciembre del 2015, el partido Podemos se presentó a la competencia electoral desafiando al Partido Popular y Partido Socialista Obrero Español con una propuesta programática diferente a los partidos tradicionales, especialmente en el programa económico. Entre sus principales propuestas económicas se encontraban las siguientes: a) crear bancos estatales para competir con la banca privada, b) incrementar progresivamente las pensiones a los jubilados, c) aumentar el salario mínimo a los trabajadores, d) reducir la edad de jubilación a los 60 años, e) renegociación de la abultada deuda externa, f) reforma fiscal progresiva para que paguen más impuestos los que más patrimonio tienen, g) leyes más severas contra la corrupción, y, h) referéndum para que el pueblo decida en las ánforas si una región quería ser autónoma e independiente. Obviamente que estas propuestas programáticas y económicas fueron calificadas como extremistas e irresponsables por los dos partidos tradicionales de España. El líder de Podemos, Pablo Iglesias, colocó el adjetivo de “casta política y económica” a todos los políticos tradicionales y empresariales en todos los debates lo que marco la diferencia con  otros candidatos. El pueblo español se pronunció en las ánforas el 20 de diciembre del 2015  y rompió con el bipartidismo del PP y PSOE con los siguientes resultados. De 350 diputados, el Partido Popular obtuvo el 28% de votos colocando 123 diputados, el Partido Socialista Obrero Español obtuvo el 22% de votos logrando 90 diputados y Podemos obtuvo el 20% de votos obteniendo 69 diputados. 

En España es el parlamento quien nombra al primer ministro o jefe de gobierno. Para elegir al jefe de gobierno se necesita de 176 votos, es decir mayoría absoluta lo que no logro ninguno de los partidos españoles. Hoy el PSOE está desesperado porque pretende tener de aliado para ser gobierno al partido Podemos, pero su líder Pablo Iglesias señala que ellos no aceptaran la propuesta del PSOE sino respetan las propuestas económicas del partido izquierdista. Es incierto aún quien será el futuro jefe de gobierno de España. Trasladando ese ejemplo a las elecciones 2016 en el Perú, podríamos sacar algunas similitudes, pero también algunas diferencias. 1.- La última encuesta de CPI revela que los peruanos estamos cansados de los partidos tradicionales como son el partido aprista y el partido popular cristiano. Su candidato presidencial Alan García es el que más anti voto tiene del electorado peruano con el 81% a nivel nacional y la intención de voto apenas llega al 6%, siendo un milagro si pasa la valla electoral. 2.- El 90% de partidos son devotos fieles del neoliberalismo económico ya que no hacen ninguna propuesta económica que contradiga los principios del libre mercado para marcar la diferencia en esta campaña electoral, a excepción de Verónica Mendoza y Vladimir Cerrón. 3.- Hay una ausencia de debate programático e ideológico, especialmente en la televisión abierta. La competencia se centra todas las semanas en conocer quien esta primero o segundo en las encuestas. Ninguna de las encuestadoras ha efectuado una encuesta para que los peruanos conozcamos cual de los grupos políticos tiene la mejor propuesta programática y solo centran su atención en los nombres de los candidatos lo que deviene en un mercantilismo electoral. 4.- No me extraña la ubicación de Julio Guzmán como segundo en las encuestas, ya que el pueblo está cansado de los eternos candidatos de la partidocracia y el electorado quiere un rostro nuevo. Sin embargo, el rostro nuevo no es suficiente para ganar una elección. Guzmán es otro devoto del neoliberalismo ya que su plan de gobierno no tiene diferencia programática ni ideológica sustancial con Keiko Fujimori, Kuchinsky, Acuña, García, Nano García, ni Toledo. Mientras los españoles han despertado, aquí los peruanos seguimos dormiendo.


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