En los primeros siglos de la humanidad, millones de niños, mujeres,
ancianos y jóvenes fueron víctimas de torturas, mutilaciones, sacrificios y crímenes
de lesa humanidad por diversos motivos y los culpables nunca fueron castigados.
Esos delitos quedaron impunes y fueron cometidos por reyes y monarcas que creían
tener “mandato divino y omnipotente”. Los seres humanos que nacieron siglos atrás,
eran considerados esclavos y vasallos que no tenían derechos y solo debían cumplían
deberes. La personas que desafiaban ordenes del rey o la corona, eran
torturados o asesinados sin derecho a defensa ni a presentar sus descargos. Imperaba
entonces la monarquía absoluta donde el Rey no tenía ningún control y
concentraba todos los poderes. Ese periodo se denominó el periodo del “absolutismo”.
Es decir, la palabra del rey o monarca era ley. Pero, es en Inglaterra en 1,215
cuando los campesinos comienzan a rebelarse contra el Rey Juan sin Tierra. El
pueblo le exigía entonces ciertas garantías, ya que se cobraba excesivos
impuestos que descapitalizaba a los campesinos ingleses.
Para evitar una rebelión popular, el Rey Juan sin Tierra, reconoce entonces
la primera “Declaración de los Derechos del Hombre” en donde los ciudadanos
comienzan a tener algunos derechos individuales y colectivos. Posteriormente, en
el siglo XVII, los norteamericanos se rebelan contra los ingleses a quienes
reclaman independencia, ya que eran colonia de Gran Bretaña. Luego de derrotar
en varias batallas a los ingleses, los norteamericanos proclaman su
independencia y en 1716 elaboran y aprueban la “Declaración Americana” donde se
consideran los primeros derechos del ciudadano, pero que no tenía dimensión universal.
Pero, fueron los franceses quienes se levantan
y rebelan contra los abusos de la Monarquía y del Rey Luis XVI. En
Francia imperaba tres clases: a) la nobleza, b) el clero, c) el pueblo que no tenía
derechos y solo obligaciones. El pueblo se rebela contra el monarca porque
ellos pagaban abusivos impuestos para mantener a la nobleza y al clero. Los
representantes del pueblo demandaron límites a los impuestos y que la nobleza y
el clero también paguen sus impuestos, pero también exigían derecho al voto
individual. Es decir, exigían soberanía. Es justamente en Francia que el pueblo
toma el Palacio de Bastilla a sangre y fuego para deponer al monarca abusivo.
En 1789 se emite entonces la “Declaración de los Derechos del Ciudadano”, lo
que constituyó en un notable avance en los derechos de la humanidad.
Es finalmente, en Paris-Francia el 10 de diciembre de 1948 cuando se reúne
la Asamblea General de la ONU donde se suscribe y proclama la “Declaración
Universal de Derechos Humanos” luego que concluyera la horrorosa segunda guerra
mundial que dejó más de 10 millones de muertos en Europa. En ese documento histórico,
se resumen en 30 artículos el bien común al que aspiran llegar los seres humanos
de todos los continentes. De esa fecha hasta hoy, se han aprobado y ratificado
más de un veintena de normas internacionales para proteger a los seres humanos.
Entre ellos, la Convención para la Prevención y Sanción del Delito de Genocidio
(1948), la Convención sobre los Derechos de la Mujer (1952), la Convención
sobre Eliminación de Discriminación Racial (1965), el Pacto Internacional de
los Derechos Civiles y Políticos (1966), la Convención Internacional sobre Represión
y Castigo al Apartheid (1973), la Convención sobre Eliminación de Discriminación
contra la Mujer (1979), la Convención contra la Tortura y Penas Crueles (1984),
La Convención sobre los Derechos del Niño (1989), el Protocolo sobre Prohibición
de los Niños en Conflictos Armados (1999), el Convenio Internacional para
Reprimir el Financiamiento al Terrorismo (1999) y el Estatuto de Roma de la Corte
Penal Internacional (2,000), etc.
Pese a la vigencia de estas normas internacionales, muchos Estados y
Sociedades continúan violando los derechos humanos en diversos continentes,
pero no se puede negar que hubo un avance si lo comparamos siglos atrás cuando
monarcas, dictadores y genocidas no respetaban pactos internacionales,
constituciones ni leyes. Lo que se ha globalizado hoy es la economía neoliberal,
pero falta globalizar los derechos educativos, de salud, de vivienda, de
trabajo, de seguridad, de justicia, etc. Finalmente, expresamos nuestro
reconocimiento a las organizaciones de derechos humanos del país y del mundo ya
que ellos sin esperar ninguna recompensa ni retribución alguna, siguen luchando
porque se respeten los derechos humanos de las personas en los cinco
continentes del mundo.
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