La objetividad es uno de los
deberes y valores fundamentales de los periodistas y una garantía que nos
exigen nuestros lectores, oyentes o televidentes ya que los medios utilizan el
espectro radioeléctrico que es de todos los peruanos y nuestra credibilidad
personal o empresarial está de por medio. Ninguna norma legal nos exige que
seamos objetivos cuando emitimos información en los diversos formatos
periodísticos, pero si tenemos esa obligación ética hacia nuestros públicos. El
Colegio de Periodistas promulgó el año 2015 en Trujillo nuestro Estatuto y el Código
de Ética y si bien textualmente en ninguno de sus artículos nos imponen como deberes
respetar la objetividad, implícitamente nos señalan que debemos actuar con
veracidad, imparcialidad, neutralidad e independencia, priorizando siempre los
temas de interés público. Sin embargo, personalmente creo que ese ideal o paradigma de la objetividad es casi una ilusión por
múltiples razones.
En los formatos periodísticos de información,
entrevista, crónica, reportaje y testimonio, deberíamos actuar con objetividad
como deber ético. Sin embargo, en el género de opinión o editorial, es difícil
pedir objetividad, ya que en ambos formatos prima los juicios de valor, es
decir la subjetividad de quien analiza o comenta un determinado tema. Es más,
para corroborar que la objetividad periodística es un ideal o mito y pese a que
es un deber ético que debemos cumplir los hombres de prensa, no conozco un solo
caso que un Tribunal de Ética del Colegio de Periodistas del Perú o de los
Gremios Periodísticos del Perú que haya sancionado, suspendido o destituido a
un colegiado o agremiado por no respetar justamente la objetividad. De allí,
que hoy en el periodismo peruano se practica una objetividad relativa y con
mayor frecuencia la subjetividad.
¿Cómo han definido los
periodistas la objetividad? Raquel San Martín, docente de la Universidad Católica Argentina, manifestó
que “todas las rutinas productivas de construcción de las noticias desmienten
la objetividad: la elección de dar espacio a un tema y no a otro, las voces que
elegirá un medio según su línea editorial, son todas decisiones que implican un
modo de mirar que no es neutral ni desinteresado”. La Profesora Iraida
Calzadilla de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana-Cuba,
afirmó “que ser objetivos no es solo la
remisión a fuentes, sino también una voluntad ética, pues cuando un periodista
se sienta a escribir su trabajo, no solo transmite lo que han dicho sus
fuentes, sino también, hay un proceso interactivo en el que están presentes
ideologías, cultura, idiosincrasia, pertinencias y honestidad profesional”. El
periodista colombiano, Darío Restrepo, precisó que “al periodista no hay que
pedirle que sea objetivo, sino que sea honesto, ya que en vez de intentar
ocultar la propia subjetividad, cada periodista debería asumir la
responsabilidad social de sus prácticas”.
Por su parte, el experimentado
periodista Ryszard Kapuscinski en su libro sobre “Los cinco sentidos del
Periodista”, afirmó que “siento que esta teoría llamada objetividad es
totalmente falsa y produce textos fríos, muertos, que no convencen a nadie. Yo
soy partidario de escribir con pasión. Cuanta más emoción, mejor para el
elector. No tengo duda sobre esto: los mejores textos periodísticos han sido
escritos con pasión, transmiten que uno está verdaderamente vinculado y metido
en el asunto del cual escribe. La emoción da fuerza al texto”. La periodista
venezolana Luz Solano en un artículo titulado “La Objetividad Periodística es
una panacea” dijo que “si algo no podemos negar como profesionales de los
medios es que siempre hemos tenido la política editorial por encima de nosotros
y en algún momento esa tan famosa
objetividad se convierte en una panacea. Yo tengo muchos años en el medio y a
los nuevos jóvenes periodistas se los digo: uno debe tratar de ser ético y
legal cuando escribimos, pero si no nos gusta algo tenemos la libertad de
irnos, yo lo hice una vez en una empresa en la cual llevaba seis años
trabajando”.
Finalmente, el notable periodista
portugués José Saramago, que ganó el Premio Nobel de Literatura en 1998, refiriéndose
a la objetividad periodística, indicó que “la objetividad es como buscar la
cuadratura del círculo y si existe la objetividad, quiero que me la presenten
hoy mismo”. Personalmente creo que los periodistas deberíamos practicar una
objetividad absoluta, pero generalmente nuestra
objetividad es relativa, pero si hay mucha subjetividad periodística.
Concluyendo, si acaso creemos hay periodismo objetivo, preguntamos entonces: Cuál
de los siguientes periodistas es el más objetivo del país, ¿Cesar Hildebrant?, ¿Jaime
de Althaus?, ¿Raúl Vargas? ¿Aldo Mariátegui? En los diarios nacionales, ¿El
Comercio?, ¿La República? En las emisoras de Arequipa, en cuál de ellas sus
periodistas son más objetivos, ¿Melodía?, ¿Líder?, ¿Libertad?, ¿Yaraví?, ¿Victoria?
Juzgue usted mismo. ¿Los periodistas somos objetivos o subjetivos?
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