jueves, 13 de agosto de 2015

AREQUIPA, CIVICA Y REVOLUCIONARIA




13/08/2013

Arequipa, ha tenido dos valores fundamentales que la historia republicana del Perú le ha reconocido. Su dignidad y civismo. El poeta Percy Gibson, manifestó que había una diferencia entre los characatos y otros connacionales del país. Mientras que en Arequipa había ciudadanos que sabían sus deberes y derechos que lo honraban y defendían hasta con la muerte, había peruanos de otras ciudades que carecían  del coraje de los mistianos. El historiador Jorge Basadre  reconoció a Arequipa como cuna de las libertades ya que de esta  ciudad casi siempre emergieron revoluciones y levantamientos populares que pusieron en jaque al país. No en vano señaló que los characatos cual revolver siempre apuntaban a Lima si acaso algún gobernante  osará quebrar el orden jurídico y democrático de nuestra patria. El civismo y la dignidad, son dos valores que hemos heredado de nuestros abuelos y tatarabuelos que siempre debemos mantener en alto, cualquiera que sea el gobernante que no respete el orden constitucional y moral del Perú.

Pero,  ¿Cuántos arequipeños conocemos al detalle cuantas rebeliones se dieron en Arequipa? ¿Quiénes fueron los conductores de estos levantamientos? ¿Cuáles fueron los argumentos que enarbolaron? ¿En qué revolución los characatos salimos triunfantes y en cual salimos derrotados? ¿No seria prudente y oportuno que los historiadores,  la Municipalidad Provincial, la Gerencia Regional de Educación, la Escuela de Historia de la UNSA o el Gobierno Regional publiquen un texto detallado para que nuestros niños y foráneos conozcan nuestro pasado? Confieso que tengo poca claridad sobre el número de rebeliones que se gestó en Arequipa por la poca información oficial y confiable sobre el tema. Pese a la insuficiente  información que he leído sobre el asunto, tengo la percepción que nuestra ciudad fue cuna de más de una docena de revoluciones, rebeliones o levantamientos cívicos en el siglo XIX y XX. En 1834, en cabildo abierto, Arequipa, rechazo el golpe de estado del General Bermúdez contra el General Orbegoso al salir en defensa de legalidad. En 1835, Arequipa desconoció a Felipe Salaverry y su gobierno usurpador, quien posteriormente fue fusilado en la Plaza de Armas de nuestra ciudad.

En 1941, el General Vivanco desde Arequipa se sublevo contra el Presidente Gamarra al permitir que tropas bolivianas ingresen al país. En 1843, nuevamente el General Vivanco se rebeló contra el gobierno de Ramón Castilla, pero fue derrotado y huyo a Chile. En 1854, nuestra ciudad se levanto contra el gobierno corrupto encabezado por los generales Vivanco y Moran, siendo sofocada esta rebelión por tropas limeñas y luego fusilado Moran en la Plaza de Armas. En 1856, los arequipeños se rebelaron contra la promulgación de la Constitución lo que obligó al Gral Castilla a sitiar Arequipa desde Sachaca a punta de cañones, cayendo cientos de jóvenes characatos. En 1865, nuestros ciudadanos rechazaron el humillante Tratado Vivanco-Pareja encabezados por el Coronel Mariano Prado, quien marchó hacia Lima y después de varios combates, se proclamó como Jefe Supremo y le declaró la guerra a España. En 1867, Arequipa rechazó la Constitución al considerarla centralista y extremadamente liberal, proclamando como Presidente al que era segundo vicepresidente, el General Diez Canseco cuando era Jefe de Estado, Prado, quien mando cañonear Arequipa. En 1881, Arequipa se levantó contra la dictadura de Piérola y destituyo al Prefecto General Pedro del Solar.

En 1884, el Gral. Cáceres desde Arequipa se rebelo contra el gobierno del General Iglesias por el Tratado suscrito con Chile por ceder parte de nuestro territorio y desconoció a las autoridades que representaban al gobierno nacional. En 1895, los characatos rechazaron la reelección del Gral Cáceres por sus medidas antipopulares, mientras que en 1930, los mistianos representados por el Teniente Coronel Luis Sánchez Cerro, se rebelaron contra el gobierno de Augusto B. Leguía, derrocándolo por incumplir el manifiesto de ese año y convocándose nuevas elecciones. En 1950, en plena dictadura de Odria, la ciudad de Arequipa se alzo contra el gobierno nacional después que tropas mataran a estudiantes del Colegio Independencia quienes se habían declarado en huelga exigiendo mejoras y respeto a sus derechos. Finalmente, está la rebelión del 2002, cuando Arequipa, encabezado por el Alcalde Provincial Juan Manuel Guillen y las fuerzas vivas, rechazó la privatización de EGASA, ya que Toledo no respetó una sentencia judicial ni su promesa electoral. Finalmente, Víctor Andrés Belaunde al referirse a su tierra, la denomino “el caudillo colectivo del Perú”, justamente porque desde la ciudad blanca siempre emergió el civismo y las revoluciones como ejemplo ante el país. 


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