El 02 de diciembre del año 2,000, la UNESCO en la trigésimo cuarta
reunión anual que se realizó en Australia, acordó declarar al Centro Histórico
de la Ciudad de Arequipa como Patrimonio Cultural de la Humanidad en la gestión
municipal del alcalde provincial, Dr. Juan Manuel Guillen Benavides. Dos fueron
los criterios que sustentaron esa declaratoria mundial: El primer criterio era,
que el Centro Histórico de Arequipa representaba una obra maestra del genio
creador humano y el segundo criterio, fue que era un ejemplo sobresaliente de
un tipo de arquitectura, con un conjunto urbano y paisajes que ilustraban un
periodo significativo de la vida humana en el Perú.
La UNESCO definió que el patrimonio cultural de un pueblo
comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios,
así como las creaciones anónimas, surgidas del alma popular y el conjunto de
valores que dan sentido a la vida. Es decir, las obras materiales y no
materiales que expresan la creatividad del pueblo arequipeño, su lengua, sus ritos,
sus creencias y sus monumentos históricos, también su literatura, sus obras de
arte y sus archivos y bibliotecas. Entre esos monumentos históricos sin ninguna
duda resaltó y destacó la Plaza de Armas y la Catedral de Arequipa, ya que
ambos constituyen un soberbio ejemplo de escenografía urbana y de calidad arquitectónica
que la ubica como una de las mejores plazas de armas de America Latina.
La plaza de armas de Arequipa que forma parte del Centro Histórico
no solo fue reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO,
sino también por el Instituto Nacional de Cultura el 28 de diciembre de 1972 al
ser declarada junto a sus calles adyacentes como Ambiente Urbano Monumental,
siendo sin ninguna duda la más bella plaza de armas del Perú, superando incluso
a Lima. Los arequipeños de ayer, hoy y mañana, tenemos entonces el deber de
admirarla, conservarla, protegerla y embellecerla, porque es nuestra principal
vitrina ante el mundo entero. Esa es nuestra obligación cívica, tanto de lo que
hemos nacido en la ciudad, cuanto de los que migraron de diversas ciudades del país
hacia Arequipa, ya que la Plaza de Armas es nuestro rostro natural que nos
identifica ante el mundo.
Se ha anunciado en los últimos días que del 25 al 27 de enero
se realizará en la Plaza de Armas el Festival del Queso Helado con la participación
de treinta productores o comerciantes en la principal plaza de nuestra ciudad.
Lo grave es que estaría siendo auspiciada por la Municipalidad Provincial de
Arequipa lo que es más preocupante por lo siguiente. Fue el Municipio
Provincial en la gestión del ex alcalde provincial, Alfredo Zegarra, quien
aprobó la ordenanza municipal 918-2015 por el cual se prohibía a partir de esa
fecha la realización y presentación de espectáculos públicos, mítines o
manifestaciones políticas, marchas, reuniones sociales, sindicales y toda clase
de actividades.
El año 2015 criticamos a la municipalidad provincial porque
en lo referente a prohibir las reuniones públicas mediante una ordenanza, era
inconstitucional, porque el derecho de reunión era un derecho fundamental que
nuestra Constitución Política garantiza a los peruanos en el artículo 2 inciso
12. Es más, indicamos ese momento que el Tribunal Constitucional en la
sentencia 4677-2004-PA, declaró inconstitucional el inciso f del artículo 132
de la ordenanza municipal 062 del Municipio de Lima que no permitía las
concentraciones masivas de personas en el Centro Histórico incluida su Plaza de
Armas, ya que violaba la Constitución Política y Convenciones Internacionales. En
el caso de Arequipa, la controvertida ordenanza municipal 918-2015 estaría
vigente que prohíbe la realización de espectáculos
y diversas actividades comerciales.
Fue la ex gestión municipal de Alfredo Zegarra pese a la
vigencia de dicha ordenanza municipal desde el año 2015, que cada mes los
arequipeños observamos en los últimos años que nuestra plaza de armas se
convirtió en una feria pueblerina más como si nuestra nuestra plaza principal fuera un pueblo joven
más del Perú. El ex alcalde provincial, los regidores y los funcionarios
municipales que debieron ser los principales promotores de la protección y conservación
del Centro Histórico y de la Plaza de Armas fueron los primeros en desacatar
dicha ordenanza municipal autorizando múltiples actividades comerciales cada
mes. Es decir, era el municipio provincial contra el municipio provincial, ante
la pasividad de la sociedad civil de Arequipa, pero también ante el silencio de
la gerencia municipal del centro histórico, de la fiscalía de la prevención del
delito del Ministerio Publico, la Defensoría del Pueblo y de la Dirección
Regional de Cultura, que debieron exigir que la ordenanza municipal 918-2015 en
lo referente a la prohibiciones de actividades comerciales debía acatarse.
La nueva gestión municipal del alcalde Omar Candía, los regidores
provinciales y los funcionarios municipales no pueden volver a cometer el mismo
error de desconocer los alcances de dicha ordenanza municipal. Podrían ser
denunciados penalmente por abuso de autoridad en omisión de funciones respecto
a la ordenanza municipal si continúan autorizando permisos en la plaza de armas
para cualquier actividad comercial en la plaza principal de la ciudad. Los
defensores de los comerciantes podrán decir que los municipios y la ley orgánica
de municipalidades tienen la obligación de
apoyar a los sectores productivos en la promoción de sus productos ante los
consumidores o usuarios de bienes o servicios. No se puede negar eso. Sin
embargo, la Plaza de Armas de Arequipa no solo tiene en vigencia una ordenanza
municipal, sino que tiene una norma nacional del INC y una protección internacional
de la UNESCO. Esa protección jurídica no lo pueden desconocer ni el alcalde
provincial, ni los regidores, ni los funcionarios municipales, ni los comerciantes
ni los ciudadanos y corremos el riesgo de perderla si se continua autorizando
para actividades comerciales nuestra plaza mayor de Arequipa.
El Alcalde provincial, los regidores y los funcionarios municipal
por la mandato de la ley orgánica de municipalidades 27972 tienen la obligación
de proteger nuestra Plaza de Armas, pero también de apoyar a los sectores
productivos de la ciudad en la promoción y difusión de sus actividades
comerciales. Siendo la Municipalidad Provincial la administradora de los
espacios públicos de Arequipa en nuestras calles, avenidas, plazas y parques públicos,
la comuna provincial, debería autorizar el uso de plazas y parques públicos fuera
del centro histórico para que los comerciantes desarrollen sus actividades
comerciales.
Ese es su deber. El alcalde Omar Candía, los regidores y los
funcionarios municipales son los más llamados a proteger y conservar nuestra
plaza principal de la ciudad que fue declarada como patrimonio cultural de la
humanidad. El festival del queso helado o cualquier otro evento comercial debería
realizarse en otro parque o plaza pública, pero no en la plaza principal de
Arequipa. El uso de la plaza de armas debería ser utilizado en forma
excepcional solo para casos especiales que debería merecer una ordenanza
especial y una reglamentación especifica. Este tema requiere analizarse en otra
ocasión si la municipalidad provincial cuenta o no con una ordenanza municipal
que regule los espacios públicos en el ámbito provincial.
Si Omar Candía, sus regidores y funcionarios públicos se
hacen de la vista gorda ante la ordenanza municipal 918-2015, deberían intervenir
la gerencia municipal del centro histórico, la fiscalía de prevención del
delito, la dirección regional de cultura y la defensoría del pueblo para
denunciar ante el Ministerio Público estas autorizaciones ilegales para evitar
que la municipalidad pisotee su propia ordenanza municipal. O el alcalde
provincial acata la ordenanza o desacata la ordenanza municipal que sería un pésimo
precedente del inicio de una gestión municipal que gobernará la ciudad hasta el
año 2022. Estaremos a la expectativa de este asunto. Desde esta tribuna
cumplimos con nuestro deber cívico de control social de advertir a la ciudad de
este enojo asunto de interés público. No permitamos que por intereses
comerciales nuestra principal plaza de armas de Arequipa sea convertida en un
mercadillo o una feria pueblerina. La historia los juzgará señor alcalde
provincial, señores regidores y funcionarios municipales.
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