domingo, 20 de enero de 2019

EL USO Y EL ABUSO DE LA UTILIZACIÓN DE LA PLAZA DE ARMAS DE AREQUIPA


El 02 de diciembre del año 2,000, la UNESCO en la trigésimo cuarta reunión anual que se realizó en Australia, acordó declarar al Centro Histórico de la Ciudad de Arequipa como Patrimonio Cultural de la Humanidad en la gestión municipal del alcalde provincial, Dr. Juan Manuel Guillen Benavides. Dos fueron los criterios que sustentaron esa declaratoria mundial: El primer criterio era, que el Centro Histórico de Arequipa representaba una obra maestra del genio creador humano y el segundo criterio, fue que era un ejemplo sobresaliente de un tipo de arquitectura, con un conjunto urbano y paisajes que ilustraban un periodo significativo de la vida humana en el Perú.  

La UNESCO definió que el patrimonio cultural de un pueblo comprende las obras de sus artistas, arquitectos, músicos, escritores y sabios, así como las creaciones anónimas, surgidas del alma popular y el conjunto de valores que dan sentido a la vida. Es decir, las obras materiales y no materiales que expresan la creatividad del pueblo arequipeño, su lengua, sus ritos, sus creencias y sus monumentos históricos, también su literatura, sus obras de arte y sus archivos y bibliotecas. Entre esos monumentos históricos sin ninguna duda resaltó y destacó la Plaza de Armas y la Catedral de Arequipa, ya que ambos constituyen un soberbio ejemplo de escenografía urbana y de calidad arquitectónica que la ubica como una de las mejores plazas de armas de America Latina.

La plaza de armas de Arequipa que forma parte del Centro Histórico no solo fue reconocida como Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO, sino también por el Instituto Nacional de Cultura el 28 de diciembre de 1972 al ser declarada junto a sus calles adyacentes como Ambiente Urbano Monumental, siendo sin ninguna duda la más bella plaza de armas del Perú, superando incluso a Lima. Los arequipeños de ayer, hoy y mañana, tenemos entonces el deber de admirarla, conservarla, protegerla y embellecerla, porque es nuestra principal vitrina ante el mundo entero. Esa es nuestra obligación cívica, tanto de lo que hemos nacido en la ciudad, cuanto de los que migraron de diversas ciudades del país hacia Arequipa, ya que la Plaza de Armas es nuestro rostro natural que nos identifica ante el mundo. 

Se ha anunciado en los últimos días que del 25 al 27 de enero se realizará en la Plaza de Armas el Festival del Queso Helado con la participación de treinta productores o comerciantes en la principal plaza de nuestra ciudad. Lo grave es que estaría siendo auspiciada por la Municipalidad Provincial de Arequipa lo que es más preocupante por lo siguiente. Fue el Municipio Provincial en la gestión del ex alcalde provincial, Alfredo Zegarra, quien aprobó la ordenanza municipal 918-2015 por el cual se prohibía a partir de esa fecha la realización y presentación de espectáculos públicos, mítines o manifestaciones políticas, marchas, reuniones sociales, sindicales y toda clase de actividades. 

El año 2015 criticamos a la municipalidad provincial porque en lo referente a prohibir las reuniones públicas mediante una ordenanza, era inconstitucional, porque el derecho de reunión era un derecho fundamental que nuestra Constitución Política garantiza a los peruanos en el artículo 2 inciso 12. Es más, indicamos ese momento que el Tribunal Constitucional en la sentencia 4677-2004-PA, declaró inconstitucional el inciso f del artículo 132 de la ordenanza municipal 062 del Municipio de Lima que no permitía las concentraciones masivas de personas en el Centro Histórico incluida su Plaza de Armas, ya que violaba la Constitución Política y Convenciones Internacionales. En el caso de Arequipa, la controvertida ordenanza municipal 918-2015 estaría vigente  que prohíbe la realización de espectáculos y diversas actividades comerciales.

Fue la ex gestión municipal de Alfredo Zegarra pese a la vigencia de dicha ordenanza municipal desde el año 2015, que cada mes los arequipeños observamos en los últimos años que nuestra plaza de armas se convirtió en una feria pueblerina más como si nuestra  nuestra plaza principal fuera un pueblo joven más del Perú. El ex alcalde provincial, los regidores y los funcionarios municipales que debieron ser los principales promotores de la protección y conservación del Centro Histórico y de la Plaza de Armas fueron los primeros en desacatar dicha ordenanza municipal autorizando múltiples actividades comerciales cada mes. Es decir, era el municipio provincial contra el municipio provincial, ante la pasividad de la sociedad civil de Arequipa, pero también ante el silencio de la gerencia municipal del centro histórico, de la fiscalía de la prevención del delito del Ministerio Publico, la Defensoría del Pueblo y de la Dirección Regional de Cultura, que debieron exigir que la ordenanza municipal 918-2015 en lo referente a la prohibiciones de actividades comerciales debía acatarse.

La nueva gestión municipal del alcalde Omar Candía, los regidores provinciales y los funcionarios municipales no pueden volver a cometer el mismo error de desconocer los alcances de dicha ordenanza municipal. Podrían ser denunciados penalmente por abuso de autoridad en omisión de funciones respecto a la ordenanza municipal si continúan autorizando permisos en la plaza de armas para cualquier actividad comercial en la plaza principal de la ciudad. Los defensores de los comerciantes podrán decir que los municipios y la ley orgánica de municipalidades  tienen la obligación de apoyar a los sectores productivos en la promoción de sus productos ante los consumidores o usuarios de bienes o servicios. No se puede negar eso. Sin embargo, la Plaza de Armas de Arequipa no solo tiene en vigencia una ordenanza municipal, sino que tiene una norma nacional del INC y una protección internacional de la UNESCO. Esa protección jurídica no lo pueden desconocer ni el alcalde provincial, ni los regidores, ni los funcionarios municipales, ni los comerciantes ni los ciudadanos y corremos el riesgo de perderla si se continua autorizando para actividades comerciales nuestra plaza mayor de Arequipa. 

El Alcalde provincial, los regidores y los funcionarios municipal por la mandato de la ley orgánica de municipalidades 27972 tienen la obligación de proteger nuestra Plaza de Armas, pero también de apoyar a los sectores productivos de la ciudad en la promoción y difusión de sus actividades comerciales. Siendo la Municipalidad Provincial la administradora de los espacios públicos de Arequipa en nuestras calles, avenidas, plazas y parques públicos, la comuna provincial, debería autorizar el uso de plazas y parques públicos fuera del centro histórico para que los comerciantes desarrollen sus actividades comerciales. 

Ese es su deber. El alcalde Omar Candía, los regidores y los funcionarios municipales son los más llamados a proteger y conservar nuestra plaza principal de la ciudad que fue declarada como patrimonio cultural de la humanidad. El festival del queso helado o cualquier otro evento comercial debería realizarse en otro parque o plaza pública, pero no en la plaza principal de Arequipa. El uso de la plaza de armas debería ser utilizado en forma excepcional solo para casos especiales que debería merecer una ordenanza especial y una reglamentación especifica. Este tema requiere analizarse en otra ocasión si la municipalidad provincial cuenta o no con una ordenanza municipal que regule los espacios públicos en el ámbito provincial. 

Si Omar Candía, sus regidores y funcionarios públicos se hacen de la vista gorda ante la ordenanza municipal 918-2015, deberían intervenir la gerencia municipal del centro histórico, la fiscalía de prevención del delito, la dirección regional de cultura y la defensoría del pueblo para denunciar ante el Ministerio Público estas autorizaciones ilegales para evitar que la municipalidad pisotee su propia ordenanza municipal. O el alcalde provincial acata la ordenanza o desacata la ordenanza municipal que sería un pésimo precedente del inicio de una gestión municipal que gobernará la ciudad hasta el año 2022. Estaremos a la expectativa de este asunto. Desde esta tribuna cumplimos con nuestro deber cívico de control social de advertir a la ciudad de este enojo asunto de interés público. No permitamos que por intereses comerciales nuestra principal plaza de armas de Arequipa sea convertida en un mercadillo o una feria pueblerina. La historia los juzgará señor alcalde provincial, señores regidores y funcionarios municipales.


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