20 / 07/ 2015
En ocasión de recordarse
nuestras fiestas patrias del Perú, días atrás un grupo de estudiantes me
preguntó cuales eran las diferencias entre patriotismo y nacionalismo. Sobre el
tema hay mucho que decir. Algunos autores dicen que el patriotismo es “el amor
a la patria”. Otros afirman que es “el
amor a la tierra de nuestros padres”. Sin embargo, otros sostienen que “es el
amor al terruño y lugar que nos vio nacer”. Para algunos historiadores, el
patriotismo tiene algunos valores irremplazables. En primer lugar, la defensa
de la soberanía, es decir el territorio físico, pero también su
autodeterminación para definir su forma
de organización estatal o social. En segundo lugar el culto a sus héroes, mártires,
próceres y precursores que lucharon por su independencia nacional. En tercer
lugar, figuran las tradiciones y costumbres históricas que han pasado de generación
en generación. Otros autores sin embargo, sostienen que todo patriota debe
respetar cinco aspectos si querernos considerarnos ciudadanos ejemplares.
Entre ellos, los
siguientes: a) el amor a nuestra patria, cualquiera sea la circunstancia que
ella atraviese. No puede uno considerarse buen peruano cuando su país atraviesa
por etapas de bonanza y renegar de ella cuando atraviesa por momentos de
incertidumbre o no le conviene a sus intereses personales o sectoriales. b) el
honor a sus héroes, próceres, mártires y precursores, así como también a sus
instituciones tutelares que ofrendaron su vida y lucharon por nuestra
independencia nacional, c) el respeto a nuestras normas constitucionales,
legales sociales, morales, económicas, culturales y éticas ya que si no hay
orden y seguridad, puede darse paso a la anarquía. d) la defensa de su
soberanía o territorio, sea por militares o civiles en defensa de la patria
cuando haya amenazas internas o externas. e) la vocación de servicio, lo que
supone participar activamente cuando nuestra patria nos llama o convoca para
fines altruistas.
No hay duda que el
patriotismo es un sentimiento íntimamente
ligado al ser humano cualquiera sea el lugar donde hayamos nacido. Pero también sus excesos, llevados a
ideales extremos pueden ser muy peligrosos. Dos pensamientos pueden definir muy
bien estos preceptos. El poeta británico Lord Byron afirmó que “el que no ama a
su patria, no puede amar nada en la vida”. Ben Jonson por su parte señaló que “Patriotismo
es el ultimo recurso al que apelan los bribones”. Esta última frase nos quiere
decir, que a veces gobernantes y lideres, han enarbolado sentimientos
patrióticos para fines personales, ideológicos, políticos o económicos ajenos a
los ideales comunes de una nación, poniendo en riesgo la estabilidad de la
población o de un estado. El nacionalismo sin embargo, es una ideología y
movimiento político-social que está íntimamente ligado a la identidad nacional
como factor predominante.
No todas las formas del
nacionalismo son malas. Los hubo pacíficos,
moderados, pero también violentistas, intolerantes y discriminatorios en los últimos
siglos. Los casos más flagrantes en el siglo XX se dieron con el fascismo de
Musolini y el nacionalismo de Hitler que
asesinaron a millones de sus compatriotas y en extranjero y nos condujeron
a guerras mundiales. Por lo tanto, no es lo mismo hablar de patriotismo, que nacionalismo,
ni fascismo, entendido este último, como una ideología que surgió en Italia y
que impuso el corporativismo estatal y totalitario con una economía dirigida.
El patriotismo no es malo en si, aunque un excesivo patrioterismo puede
conducirnos al “chauvinismo” lo que puede dar lugar a un enfrentamiento social
peligroso. Ya en el siglo XXI ypese a que la globalización se ha impuesto, el
patriotismo y el nacionalismo siempre seguirán existiendo, porque los pueblos amaran moderada y excesivamente
su patria, ya que esté es un sentimiento que nace y muere en el ser humano
cualquiera sea el lugar donde nació en la tierra.
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