Patria, es el lugar donde vimos por primera vez la luz del día. Donde saboreamos el primer sorbo de néctar materno. Es el ámbito donde está nuestro hogar en el cual vivimos rodeados de nuestros familiares y amigos. Es la tierra que produce el pan que cada día consumimos. Es el aire que respiramos, es el agua que bebemos, es el paisaje que miramos. Es nuestra cultura, es nuestra historia, son nuestros anhelos e ideales de un mundo mejor. Nuestra Patria, el Perú, esta compuesta de una parte material y espiritual.
La parte material es el territorio nacional, con sus áridos desiertos,
su anchuroso mar, las altas cordilleras con sus valles profundos, sus bellas
vicuñas y sus orgullosos cóndores. La selva con sus caudalosos ríos, su
frondosa vegetación y sus frutales siempre en flor. La parte espiritual,
comprende nuestras tradiciones, nuestra historia, nuestras creaciones
artísticas e intelectuales y todos los ideales que soñaron nuestros
antecesores.
A nuestra Patria, no solo le rendimos homenaje en las actuaciones cívicas y en los desfiles militares, sino también con nuestro trabajo diario en cada una de nuestras actividades manuales e intelectuales. Todos los trabajadores que producen riqueza laborando en los profundos socavones de las minas, a quienes trabajan en las frígidas aguas del mar extrayendo nuestros recursos marinos, a nuestros campesinos que día tras día cultivan nuestras tierras para producir alimentos. A los maestros que educan a las nuevas generaciones que se preparan para mañana.
Todos los peruanos tenemos la obligación de trabajar y hacer progresar
nuestra Patria, cualquiera sea la ocupación que tengamos. Si cumplimos con
eficiencia y honradez, revaloraremos a nuestra Nación. Estamos por celebrar 194
años de vida republicana como estado independiente y autónomo. Pero,
lamentablemente, la pobreza, el analfabetismo, la corrupción, el centralismo,
el contrabando, la evasión fiscal, el racismo, la poca cobertura educativa y de
salud, más la inseguridad ciudadana, siguen siendo hoy problemas nacionales
irresueltos por las elites que condujeron nuestra vida republicana.
No somos una nación pobre y carente de recursos naturales. Todo lo
contrario. En el siglo XIX tuvimos millones de toneladas de salitre, guano
y caucho. En el siglo XX tuvimos petróleo, gas y diversos minerales
como el cobre, el oro, zinc, y en el mar extenso que baña nuestras costas, aún
tenemos un banco pesquero envidiable. Si fuimos y somos ricos en recursos
naturales, ¿Por qué entonces el 30% de ciudadanos peruanos de nuestra sierra y
selva son pobres y hay un 10% de extremos pobres? ¿Qué ha fallado en el estado
y la sociedad peruana? ¿Quiénes son los responsables del descontento social que
hoy se percibe a lo largo y ancho del país?
No hay duda que hay muchos responsables para que el desarrollo
socioeconómico no haya llegado a la mayoría de familias peruanas. En primer
lugar, de las elites de gobernantes que no tuvieron sentido patriótico y
identidad nacional. No resguardaron ni cautelaron nuestros recursos naturales.
Por el contrario, los regalaron a estados europeos, transnacionales y grupos
económicos que solo pagaron migajas al estado peruano. Es decir, hemos tenido
felipillos antes que estadistas y jefes de estado.
En segundo lugar, tampoco contamos con institucionalidad democrática. Eso quiere decir, que no tuvimos ni tenemos aún partidos políticos sólidos, democráticos y descentralizados, con líderes honestos ni preparados para conducir el estado. Tampoco hemos contado con un parlamento ni poder judicial que frenen los excesos de dictadores y civiles que impusieron reformas constitucionales y legales sin consultarle al soberano. Hemos llegado a aplaudir y apoyar a gobiernos dictatoriales e incluso algunos sectores de la sociedad añoran hoy a gobernantes corruptos y autoritarios lo que es inaceptable en regímenes democráticos.
Nuestros colegios profesionales, universidades y gremios
sindicales y empresariales tampoco jugaron el rol gravitante en la historia del
Perú. Cada uno de ellos solo defendió sus intereses sectoriales, pero no los
intereses nacionales ni de las mayorías empobrecidas. En tercer lugar, no
tuvimos como nación, un proyecto nacional de largo plazo que trazara nuestras
políticas de estado. Hemos sido como un barco en alta mar que flotaba según las
olas y las tormentas del momento. No tuvimos un horizonte como estado. Recién
el año 2001 se suscribió el Acuerdo Nacional con sus 31 políticas de estado las
que tampoco son respetadas en su integridad por los poderes públicos.
En cuarto lugar, como ciudadano, la mayoría hemos sido
indiferentes, insensibles y pasivos ante estas realidades, salvo algunas
excepciones de los pocos héroes que reconoce nuestra historia nacional. Hemos
ido perdiendo la capacidad de indignación que todo pueblo debe tener. Estamos
dejando de practicar los valores humanos y cívicos que toda nación debe tener.
¿Qué futuro le vamos a dejar a nuestros niños y jóvenes de hoy? ¿Tienen nuestros
hijos referentes personales e institucionales del cual puedan enorgullecerse?
¿No ha llegado el momento de reiniciar una regeneración moral y cívica de toda
la nación?
En estas fiestas jubilares de nuestra madre patria, renovamos
nuestro compromiso de servirte y revalorarte Perú para que al llegar
próximamente el año 2021 de nuestro bicentenario de independencia nacional,
todo el planeta reconozca que los peruanos somos un modelo social y cívico que
debería imitarse en los cinco continentes. Recordemos que tenemos un
hermoso legado histórico, un vasto territorio, generosos recursos naturales y
diversas riquezas que nos ubican en un sitial preferencial en el mundo. Pero
fundamentalmente, un potencial humano de todos tus hijos que tenemos el deber
de tener un espíritu laborioso y pujante para ponerlo al servicio de nuestra
patria, el Perú.
Felices Fiestas Patrias
Perú 2015.
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