El presidente de Estados Unidos,
Donald Trump, anunció que congelará los fondos que su gobierno aporta a la Organización
Mundial de la Salud (OMS) y los acusó de ser una organización “sesgada” a favor
de China por no alertar oportunamente al mundo sobre coronavirus y reprochó que
esa entidad haya criticado algunas medidas adoptadas. El Secretario General de
la OMS, Tedros Adhamon Ghebreyesus, respondió diplomáticamente, “por favor
unidad a nivel mundial, no usen el COVID para asuntos políticos, solidaridad
honesta a nivel global y un liderazgo de Estados Unidos y China”. EE.UU. aporta
anualmente 400 millones de dólares a la OMS y es uno de sus principales
aportantes. Hasta el 16 de marzo, Trump no estaba de acuerdo con el aislamiento
social en su país, pero el 20 de marzo dio un giro de 180 grados, ya que científicos
americanos y británicos, pronosticaron que la pandemia alcanzaría más de 2
millones de personas y morirían no menos de 510 mil personas en EE.UU.
Lo que no reconocen Trump y los
jefes de gobierno, es que en setiembre del 2019, la OMS publicó el informe “Un
mundo en riesgo” efectuado por una comisión de científicos en salud pública,
encabezados por ex ministra de salud de Noruega y ex secretaria general de la
OMS, Gro Harlem Brumdtland, quienes
alertaron a los jefes de estado que una enfermedad similar a la gripe podría extenderse
en el mundo en los próximos años en 36 horas y podría matar a 80 millones de
personas, recomendando a los gobiernos que refuercen los sistemas sanitarios asignándoles
más presupuesto y priorizar la salud pública. Los gobernantes ignoraron la recomendación
pública y hoy están desesperados por los miles de muertos y la paralización de
la economía. Con seguridad, en los próximos meses, las organizaciones de
derechos humanos del mundo, acusaran a algunos gobernantes ante la Corte Penal
Internacional para que sean juzgados por no tomar provisiones oportunas y
proteger a su población para evitar miles de muertos y no echarle la culpa como
lo hizo Trump a la OMS por la pandemia universal del COVID 19. La OMS cumplió su
obligación de prevenir de esta pandemia mundial y quienes incumplieron su obligación
fueron los gobernantes.
La OMS se creó el 19 de junio de
1946 cuando diplomáticos de 61 Estados en Nueva York en una Conferencia
Sanitaria Internacional, aprobaron la Constitución de ese organismo que entró
en vigor en 1946, siendo uno de sus primeros acuerdos que cada 7 de abril se debía
recordar el “Día Mundial de la Salud” y hoy la OMS tiene 194 Estados Miembros. La
estructura de la OMS es que la Asamblea Mundial de la Salud es el órgano supremo
y se reúne en Ginebra-Suiza, cada año con la asistencia de sus delegados que
representa a todos los Estados, siendo su función principal, determinar las
políticas, designar al Director General, supervisar las políticas financieras y
aprobar el presupuesto. Continua el Consejo Ejecutivo integrado por 34 miembros
muy calificados en salud que son elegidos por un periodo de tres años, siendo
sus principales funciones, efectivizar
las decisiones y políticas que acuerda la Asamblea General. La OMS tiene
oficinas regionales en África, Las Américas, Asia Oriental, Europa, Mediterráneo
Oriental y Pacifico Occidental.
El presupuesto de la OMS aprobado
por la Asamblea General el año 2017 para los años 2018-2019 fue de 4 mil 421
millones de dólares que fue distribuido en seis categorías. Para enfermedades
transmisibles 805 millones de dólares, enfermedades no transmisibles 351
millones de dólares, promoción de la salud en el curso de la vida 384 millones
de dólares, sistemas de salud 589 millones de dólares, programas de emergencias
sanitarias 554 millones de dólares, servicios corporativos 715 millones de
dólares y poliomielitis y programas especiales 1,021 millones de dólares. Porcentualmente a cada región se le asignó un
presupuesto. Para la Región África el 43.4%, para la Región Las Américas el 10.6%,
para la Región Asia Sudoriental 14.2%, Región Europa 6.1%, Región Mediterráneo
Oriental 15.7% y la Región Pacifico Occidental 12.4%.
Su actual secretario general es Tedros
Adhamon Ghebreyesus quien nació en la ciudad de Asmara en Eritrea en el Estado
de Etiopia. Obtuvo su Doctorado en Filosofía en Salud Comunitaria de la
Universidad de Nottingam y un Máster en Ciencias en la Universidad en
Inmunología de Enfermedades Infecciosas en la Universidad de Londres. Fue
Ministro de Salud entre el 2005 al 2012 donde dirigió una reforma integral del
sector salud de su país y fue Ministro de Relaciones Exteriores del Estado de
Etiopia entre el 2012 al 2016. Fue Presidente de la
Junta del Fondo Mundial de Lucha contra el SIDA, la Tuberculosis y la Malaria
en 2009, y se desempeñó como Presidente
de la Junta de la Asociación para hacer retroceder la Malaria y Copresidente de
la Junta de la Asociación para la Salud de la Madre, el Recién Nacido y el
Niño. Recibió la condecoración de la Orden de la Bandera de Serbia en 2016, y
recibió el Premio Humanitario Jimmy y Rosalynn Carter en reconocimiento a sus
contribuciones al campo de la salud pública el 2011. Fue el primer profesional de la Región Africana de la OMS que fue
elegido como Secretario General de la OMS. Asumió el cargo el 1 de julio
de 2017 y en su discurso de asunción al cargo, el Dr. Tedros Adhanom describió
cinco prioridades en su gestión 2018-2919: cobertura sanitaria universal;
emergencias de salud; salud de mujeres, niños y adolescentes; impactos en la
salud del cambio climático y ambiental; y la transformación de la OMS.
El 11 de marzo del 2020, el
Director General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Dr. Tedros
Adhamon Ghebreyesus, después de una reunión extraordinaria del Consejo
Ejecutivo que él dirige, declaró en conferencia de prensa que el coronavirus
COVID 19 pasaba de ser una epidemia a una pandemia mundial con los siguientes
términos. “Hemos decidido declarar el estado de pandemia, lo que puede llevar a
sufrimientos o muertes innecesarias. Es una crisis de salud pública, por lo que
todos los países deben adoptar un enfoque coordinado entre gobierno y sociedad
construyendo una estrategia integral para prevenir infecciones, salvar vidas y
minimizar el impacto. Aconsejamos que estén en permanente contacto con su
población en riesgo y les alerten de cómo pueden protegerse. Deben localizar,
aislar y diagnosticar cada caso de corona virus, siguiendo sus contactos”.
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